Los estudiantes universitarios de Serbia llevan semanas bloqueando las facultades en reclamación de cambios democráticos y lograron el pasado domingo reunir a más de 100.000 ciudadanos en las calles de Belgrado. Se trata de la manifestación más grande en el país balcánico, según el Archivo de Reuniones Públicas que monitorea protestas, superando el número de participantes en las marchas contra el régimen de Slobodan Milosevic del 5 de octubre de 2000, que acabaron provocando un cambio democrático. Hoy, 24 años después, los serbios luchan contra el régimen de Aleksandar Vucic, cuyo Partido Progresista lleva al frente del país los últimos 12 años.
«Los bloqueos estudiantiles, que poco a poco van tomando la forma de una revuelta nacional, son una expresión del profundo descontento de los jóvenes con un sistema basado en la partitocracia, la corrupción y la impunidad de las más altas autoridades», comenta a EL PERIÓDICO Miodrag Jovanovic, el profesor de la Facultad de Derechos en la Universidad de Belgrado.
Los estudiantes se unieron el domingo a agricultores que también llevan tiempo protestando, profesores, y decenas de miles de personas que les dieron apoyo y expresaron su insatisfacción con la situación actual. En paralelo, miles de ciudadanos se manifestaron en la ciudad de Nis, en el sur de Serbia.
«La magnífica reunión del domingo fue la corona de la sinergia entre los sectores rebeldes de la sociedad», comenta Jovanovic, antes de añadir que la lucha iniciada por los estudiantes es «constante, digna y convincente».
«Los estudiantes se levantaron y no cesarán«, dice a EL PERIÓDICO Davud Delimedjac, estudiante de la Facultad de Ciencias Políticas de Belgrado. «Los bloqueos continuarán hasta que se cumplan plenamente todas las demandas». A juicio de Delimedjac, aquella protesta dio a los estudiantes y ciudadanos «un incentivo para no rendirse y la cantidad de gente que salió a las calles mostró cuán serio es este asunto». Está previsto que los estudiantes permanezcan en las facultades durante las vacaciones de Navidad y Año Nuevo.
«Sus manos están ensangrentadas»
«Sus manos están ensangrentadas» (Ruke su vam krvave) y «Párate Serbia» (Zastani Srbijo) son los mensajes que representan esta serie de protestas iniciada tras la muerte de 15 personas por la caída del techo de hormigón recién renovado de la estación de trenes en Novi Sad el pasado 1 de noviembre.
Desde aquel día, los ciudadanos organizaron paros en silencio cada día a las 11.52, la hora de la tragedia; primero en Novi Sad, luego en otros lugares de Serbia. En uno de esos paros, los estudiantes de Facultad de Arte de Belgrado fueron atacados por personas infiltradas. Eso demostró que «el régimen está tratando no sólo de encubrir esa tragedia, sino también de atacar físicamente e intimidar a todos aquellos que quieran plantear la cuestión de la responsabilidad», señala Jovanovic.
Lo que los estudiantes exigen es el acceso a toda la documentación sobre la renovación de estación y una reacción adecuada de las instituciones del Estado. La novedad más grande es que los estudiantes ignoran al presidente Aleksandar Vucic, señalando que no le hablan a él sino a instituciones como la fiscalía y otros órganos.
«Todo lo que sucede en la comunidad universitaria de Serbia demuestra que esos jóvenes nunca fueron completamente apolíticos. Es posible que hayan estado (y todavía estén) alejados de la política partidista diaria, pero esto no significa que no tengan valores políticos ideales claros», destaca profesor Jovanovic.
El mensaje más importante para Delimedjac es que toda la comunidad académica se levantó. «Estamos en un bloqueo junto con nuestros profesores y decanos, y el rector también lo apoyó. La costumbre perdida de que la comunidad académica sea la primera en reaccionar ante los problemas de la sociedad ha reaparecido después de mucho tiempo, y creo que ese es el mensaje más importante: que las personas que deberían ser el pilar de la comunidad deberían ser las primeras en alzar su voz en situaciones tan problemáticas».