Un solo partido de titular ha disputado Frenkie de Jong. Muy duro debe resultarle para alguien que se acostumbró a empezarlos siempre. Un partido de 13 jugados (7%) frente a los 184 que salió en las alineaciones (87%) de las campañas anteriores. Cifras hirientes, como la sensación de sentirse un actor secundario a ojos del entrenador y, tal vez, con la aflicción de verse incapaz de recuperar la titularidad. Pero eso es algo que solo podría contar él.
Un año horrendo ha vivido el pobre De Jong, que ni siquiera ha remontado después de restablecerse completamente de la lesión. Ha vuelto a jugar, pero ha sido un mero recambio en el Barça de Hansi Flick. En los dos últimos encuentros, en las derrotas frente al Leganés y el Atlético en Montjuïc, no salió de la jaula imaginaria que es el margen del campo reservado para el calentamiento. Cero minutos para acentuar las tristes navidades que vivirá. Las peores en su quinto invierno vestido de azulgrana.
Una sonrisa difuminada
Una bruma enrarecida cada vez más densa envuelve al chico de la fácil sonrisa, hoy malhumorado, entre el dolor acumulado en el tobillo y el dolor que le ha castigado el alma por las críticas. Primero y después surgieron por el rendimiento individual; entre tanto, por el tratamiento de la lesión, sanada más tarde de lo previsto.
Ese tobillo derecho se lastimó por primera vez en septiembre de 2023. De la afectación en la sindesmosis que une la tibia y el peroné. Volvió a jugar sin molestias 15 partidos de titular, sin descanso, hasta que #sufrió un esguince de ligamentos en San Mamés el 8 de marzo. Volvió para el clásico del Bernabéu (21 de abril) y un encontronazo con Fede Valverde le sacó del partido llorando y transportado en camilla.
Las perspectivas se focalizaban ya para la Eurocopa. De Jong goza de una consideración incólume en la selección de Países Bajos que, además, la dirige Ronald Koeman, el técnico que le extrajo la mayor productividad en el Barça. En la campaña 2020-21, De Jong jugó 51 de los 54 partidos (94%) y marcó 7 goles (11 en la suma de las otras cuatro temporadas y media).
De Jong entró en la convocatoria neerlandesa y se sumó a los entrenamientos, pero fue descartado en el instante de dar la lista de los 23 participantes. No existía ninguna garantía de que pudiera jugar durante el torneo y Koeman, que le iba a esperar, finalmente desechó la opción. Ya tenía asignado el dorsal 21, el de siempre, que finalmente lució Ian Maatsen, del Borussia Dortmund.
El proceso no ha terminado
Parecía que sólo faltaban días para que De Jong estuviera recuperado, pero pasaron semanas y meses, al tiempo que se aireaban las diferencias entre unos médicos que apostaban por un tratamiento conservador y otros que abogaban por el quirófano.
«Ha sido un proceso muy duro», confesó De Jong cuando recibió el alta poco antes de reaparecer ante el Young Boys. Quiso hablar para aclarar dudas y negar las insidias sobre la altísima ficha que percibe. La aportación del futbolista no ha correspondido a las expectativas de Flick para devolverle la titularidad más allá del partido ante el Estrella Roja. De Jong se ha dado cuenta de que ese proceso no ha terminado.