Tal vez la semifinal ante el Athletic se empezara a ganar en el autobús que trasladaba al Barça hacia el estadio Rey Abdullah. Fue durante el trayecto cuando se conoció la noticia de que el CSD concedía la medida cautelar de que se mantuvieran inscritos en LaLiga a Dani Olmo y Pau Víctor. Hansi Flick se la comunicó a los interesados y al grupo.
«La inscripción de Olmo y Víctor fue un impulso para el equipo, había que ver cómo fue recibida en el autobús», explicó el siempre comedido Flick, dando a entender que se desató la algarabía. Una prueba del impacto causado por la esperada buena noticia se observó en la celebración del gol de Gavi que abría el marcador.
«La celebración era para Dani. Se lo dicho antes del partido, que si marcaba se lo dedicaría a él. Sabe que es un jugador muy importante para nosotros y estará en la final», confirmó Gavi. El centrocampista, autor del 0-1 y asistente del 0-2 fue sustituido por unas molestias que no le impedirán jugar la final. El jugador andaluz se apresuró a decir que estaría recuperado, aunque en su puesto podría jugar Olmo, a quien metió en la final por su decisiva influencia para derribar al Athletic. También fue sustituido Robert Lewandowski sin aparente motivo físico. Se observó después, cuando abandonaba el estadio cojeando visiblemente.
Contento estaba Flick por la batalla judicial ganada por la junta para que LaLiga mantuviera las fichas de Olmo y Víctor muy a su pesar a tenor de la celeridad con que les dio de baja el día 31 de diciembre. Pero más contento estaba por el triunfo del equipo sobre el Athletic, que le coloca en la final y a tiro del que sería su primer título con el Barça.
El estilo y la juventud
Flick reivindicó las formas del Barça para conseguir el triunfo. «El estilo es lo importante», dijo. Lo vio de nuevo sobre el césped, pero reafirmado con el resultado. «Contra el Atlético de Madrid hicimos un gran partido, pero perdimos. Después del parón hemos ganado al Barbastro y al Athletic, los dos partidos con porterías a cero, y eso es muy importante»», explicó, repitiéndolo un par de veces, como si quisiera situar el foco sobre Wojciech Szczesny, el meta que se colocó bajo los palos. No quiso confirmar tras el encuentro que el polaco hubiera jugado como una medida disciplinaria a Iñaki Peña, que había llegado con retraso a una actividad del equipo.
Del mismo modo que destacó el nivel del juego, quiso disculpar el bajón que sufrió el equipo antes del paréntesis navideño achacándolo a la inexperiencia de sus futbolistas. El Barça arrolador que despeinó al Bayern y al Madrid, que incluso goleado al Estrella Roja en Belgrado (2-5), ssólo ganó tres de los últimos encuentros de 2024, dos de ellos en la Champions (Brest y Borussia Dortmund). La falta de puntos (cinco oibtenidos de los 21 en juego, la victoria de Mallorca y los empates con el Celta y el Betis) le acabó expulsando del liderato de la Liga.
«Somos un equipo muy joven y tenemos que aprender mucho», alegó, aunque reconocía que los aludidos (Lamine Yamal, Pedri Gavi, Cubarsí…) disputaron la Eurocopa y los Juegos Olímpicos el pasado verano. «Pueden aprender mucho, pero saben jugar a fútbol y deben seguir disfrutando jugando a fútbol. Les encanta jugar juntos».