Apenas llevamos doce días de temporada y el mundo del tenis ya tiene a la nueva sensación del circuito en el punto de mira. No es otro que Joao Fonseca, el joven brasileño de 18 años suma 13 victorias consecutivas entre el final de 2024 y el inicio de 2025, consiguiendo superar de una forma casi insultante la fase previa de Australia.
Apenas doce juegos se ha dejado en el camino en las tres rondas necesarias de superar para llegar al cuadro final, demostrando que no está llamado a ser una de las grandes figuras del futuro por casualidad. A Melbourne, Fonseca aterrizó tras coronarse en el Challenger de Camberra en la primera semana de temporada, donde tampoco cedió un solo set.
Un inicio de año apabullante que viene precedido del título de las Next Gen ATP Finals, donde demostró al mundo su enorme calidad y el potencial que atesora. En Australia ya alucinan con él y su rival en la primera ronda del torneo no será otro que Andrey Rublev, actual número nueve del mundo, que defiende los cuartos de final conseguidos el año pasado.
Toda una prueba de realidad que se ha convertido en el partido más atractivo de la primera ronda en Melbourne Park y en el que pese a la diferencia de ranking y de trayectoria, los porcentajes no pueden ser más igualados.
«Será mínimo Top5. Juega a otra cosa» apuntó durante la primera ronda de la fase previa el argentino Fede Coria en su cuenta de ‘X’, alucinado del nivel que mostraba sobre la pista el brasileño. Todo el mundo conoce ya de lo que es capaz el llamado a ser uno de los líderes del futuro del tenis mundial.
UN REFERENTE INMEJORABLE
A juzgar por sus grandes ídolos no es de extrañar que Fonseca atesore tal talento. Soy admirador de Roger, pero también adoro a Rafa. Mi entrenador es seguidor de Rafa. En el fondo de pantalla de mi teléfono aparece Rafa. 11 títulos en una temporada, como ganó él una vez es algo brutal. Intentaré hacer lo mismo» aseguró en el pasado Mutua Madrid Open, donde consiguió su primera victoria en un Masters 1000.
En el fondo de pantalla de mi teléfono aparece Rafa con una frase. Ha sido un placer conocerle.
Un Rafa Nadal con el que comparte una historia muy curiosa y es que hace más de 14 años coincidió con él en Sudáfrica, durante la disputa del Mundial de fútbol en 2010, donde se fotografió en brazos de su madre junto al balear, cuando apenas tenía cuatro años.
En Jeddah, durante la disputa de las mencionadas Next Gen ATP Finals, el brasileño repitió la estampa junto a su madre y Nadal, en una imagen que dio la vuelta al mundo tras su triunfo. El 22 veces campeón estuvo ejerciendo como embajador de Arabia Saudí durante el torneo, acercándose y conectando con los jugadores.
«Quiero agradecer a Rafa por estar aquí, es una leyenda de este deporte, así que es muy significativo para nosotros los jugadores estar en esos grandes estadios junto a ellos» aseguró tras su triunfo el brasileño.
UNA GENERACIÓN DE RÉCORD
Fonseca, pero, no es el único de la nueva generación que está irrumpiendo con fuerza. Junto a él, dos jugadores más por debajo de los 20 años han sido capaces de superar la fase previa y, por lo tanto, meterse en el cuadro final en Melbourne, algo que no pasaba desde 2015.
Entre ellos, está Martín Landaluce, el joven español de 19 años que ha superado por primera vez la fase previa de un Grand Slam. Además de ellos, también se ha clasificado Learner Tien, que fue finalista de las Next Gen ATP Finals, perdiendo la final ante el propio Fonseca.
Todos ellos parten por primera vez en un cuadro final de uno de los cuatro Grand Slams y lo hacen con la solvencia y el descaro de poder plantar cara a cualquiera. Landaluce se medirá en primera ronda al local McCabe, que ha recibido una ‘Wild Card‘, mientras que Tien lo hará ante el argentino Ugo Carabelli, pudiéndose encontrar en segunda ronda nada más y nada menos que Daniil Medvedev.
Tras la consagración de Alcaraz, Sinner y compañía, la nueva generación del tenis ya está aquí. Y a buen seguro que dará mucho de que hablar. La primera gran toma de contacto, en apenas unos días con el inicio del primer Grand Slam del año.
