Veintidós días después vuelve a jugar el Girona. Las largas vacaciones navideñas, celebradas y disfrutadas, encerraban, sin embargo, que el equipo había caído en la Copa frente al Logroñés y no disputó los octavos de final la pasada semana. Míchel olvidó pronto el episodio, enfrascado en mejorar el rumbo en la Liga que permita el regreso a Europa. De donde no se han despedido todavía, ya que enero conserva dos citas entusiasmantes: Milan y Arsenal.
Las tres semanas de tregua no han permitido recuperar lesionados. Al contrario. El Girona viaja a Vitoria para enfrentarse al Alavés (sábado, 14 h.) son Bojan Miovski, Portu ni Yaser Asprilla. Los tres tienen afectado el tobillo. Asprilla jugaba infiltrado y el técnico ha preferido que se recupere bien del todo antes de que se comprima otra vez el calendario.
Reconocimiento y foto
En cambio, contará con Pau López. El meta suplente se marchó a Francia para recalar en el Lens y al día siguiente de la foto oficial regresó, frustrada esa subcesión: Pau está en Girona prestado por el Olympique de Marsella. «Pidió permiso para un reconocimiento médico, se lo dimos y no hay más», dijo Michel.
«No ha pasado nada, solo una foto», desdramatizó, antes de admitir que él era contrario a la marcha del portero a media temporada. «Pau es un jugador que hace que el equipo sea mejor, hace que el club crezca y es importante que se quede», insistió. Por la competencia que genera a Paulo Gazzanigga y por la tranquilidad que aporta si él es el recambio en el caso de que se lesionara el titular.
El ejemplo Danjuma
Míchel ha podido aprovechar el tiempo para perfeccionar en los entrenamientos los mecanismos del juego que tanto echaba de menos. Uno de los déficits es «la falta de continuidad» del equipo en los partidos. Las «desconexiones» derivaron en varios tropiezos inesperados. «Las buenas costumbres se han de trabajar más porque cuestan más llevarlas al campo durante más tiempo», indicaba el técnico madrileño.
Esas desconexiones las ha observado Míchel también entre los antiguos jugadores y los nuevos. Quiso aclarar el técnico que no está descontento con ninguno y expuso el ejemplo de Danjuma, uno de los señalados por falta de rendimiento. «Si él no ha tenido continuidad es también responsabilidad del equipo. No hablo de un jugador para echarle presión, al contrario: la mejor versión la dará cuando todos entiendan cómo juega Danjuma. Y así con todos».
Objetivo Europa
La irregularidad exhibida hasta ahora en los resultados genera cierta incertidumbre, incluso en Míchel, sobre las perspectivas reales del Girona, que pronto vio que no podría repetir la excepcional trayectoria de la pasada campaña. La visita al Alavés de Eduardo Coudet, que tomó el cargo en diciembre, cierra la primera vuelta, pero aún no es el momento de las evaluaciones.
Al menos, para Míchel que trocea la Liga en tres tercios. Aplazó su análisis pasado y futuro a la jornada 26. Pero el objetivo es el mismo que el inicial. «Pienso que lucharemos por una plaza europea», verbalizó. Antes se lo había trasladado al equipo.
El Girona es octavo con 25 puntos, a 5 de la plaza de la Europa League que ocupa el Villarreal y de la Conference League que tiene ahora el Mallorca. Está empatado con la Real Sociedad (séptimo) y con el Betis y Osasuna. La pugna se adivina intensa.