Veinte días después del último duelo de 2024, una injusta derrota ante el Las Palmas, llega la primera cita de 2025 para un Espanyol angustiado. Ubicado en la zona de descenso, el cuadro perico afronta una cita decisiva contra el Leganés, un rival directo por la permanencia. Seis días después repetirá pulso trascendental en casa contra el Valladolid. El devenir del resto de curso y la calma de Manolo González dependerán de este doble examen.
No hay nada como las victorias para cambiar dinámicas y trayectorias. Un triunfo en el choque de este sábado (18.30 horas) podría sacar a los blanquiazules de la zona de alarma. También serviría para oxigenar el ambiente. La cuesta de enero se verá de forma totalmente distinta según el resultado del choque contra el conjunto madrileño. «El lío ya sabemos que lo tendríamos desde el inicio de temporada, está asimilado. Nos toca salir a morir en casa«, proclamó este viernes el técnico perico.
Cambio de chip
Manolo confía en recompensar a la afición con una alegría. «Nos toca devolver eso en el campo, trabajando, corriendo y compitiendo como animales«, remarcó el entrenador gallego, que también valoró el caso Olmo. «Estoy en la línea que ha marcado el club, ya me conocéis, soy claro y directo y el club ha sido bastante claro. En esa línea estamos todos lo que estamos dentro. No me preocupo mucho del vecino, solo cuando juego contra ellos».
Volviendo a las urgencias del Espanyol, el preparador expresó su confianza en que el parón haya comportado «un cambio de chip». Esas ganas y esa «mentalidad positiva» deben traducirse en un éxito ante el Leganés, siguiendo la línea de victorias del pasado en casa ante rivales como el Rayo, Alavés, Mallorca y Celta.
«Hemos logrado ser más sólidos que al inicio de Liga y ahora hay que seguir esta línea y mejorar. Debemos tener un unos segundos de calma para rematar bien», agregó Manolo, que espera un gran ambiente con los hinchas pericos en Cornellá. «Que la gente dé su punto, como en el playoff el año pasado. Ellos son vitales», concluyó Manolo.