La ciudad de Tarragona se postula para acoger la segunda etapa del Tour de 2026, según ha podido saber este diario de fuentes solventes. La capital tarraconense desea ser el punto de llegada de una jornada íntegramente catalana en una ronda francesa que se iniciará en Barcelona el sábado 4 de julio del año que viene, según el acuerdo ratificado entre ASO, organizadora de la carrera, y el consistorio barcelonés. Fuentes municipales tarraconenses han confirmado a EL PERIÓDICO la existencia de conversaciones con el ayuntamiento de Barcelona, informa Jan Magarolas.
De este modo, se recupera la antigua aspiración a la que llegaron en 2010 Jordi Hereu, hoy ministro de Industria y Turismo, y Josep Félix Ballesteros cuando eran alcaldes de Barcelona y Tarragona. Estaba previsto por aquel entonces que en 2014 la capital catalana se convertiría en la Gran Salida (le Grand Départ) del Tour, tal como ocurrirá en 2026. La caída del gobierno municipal socialista y el nulo interés de la administración de Xavier Trias para acoger el gran evento ciclista llevaron el Tour hasta la región inglesa de Yorkhire y dejaron en un cajón las aspiraciones barcelonesas que volvieron a abrirse nuevamente de la mano de Jaume Collboni.
El proyecto de 2024
En 2014, la segunda etapa debía partir desde Barcelona para terminar en Tarragona a través de carreteras del Baix Llobregat y un recorrido con tintes turístico por la costa, en una etapa poco complicada y que finalizaba en un esprint previsto en la avenida de Roma. El alcalde Ballesteros, en ocasión de una llegada de la Volta, enseñó a este diario el lugar exacto en el que debía finalizar la segunda etapa del Tour, prevista hace 11 años para el domingo 6 de julio de 2014.
La década pasada Catalunya iba a contar también con una tercera etapa, que se iniciaba en las comarcas gerundenses para cruzar la frontera camino de Francia. El año que viene el panorama será similar, aunque fuentes francesas consultadas por este diario destacan la candidatura de Perpinyà como destino final de la tercera etapa del Tour de 2026. A partir de ahí el camino de la Grande Boucle debería definirse hacia los Pirineos teniendo en cuenta que a los organizadores de las grandes vueltas ya no les tiembla el pulso a la hora de programar etapas de montaña en la primera semana de competición.
El laboratorio de la Vuelta
Barcelona, en 2023, dio la salida de la Vuelta a España, que sirvió como laboratorio de pruebas ante el reto de recibir al Tour tres años más tarde. Entonces, al igual que ahora, el ayuntamiento de la capital catalana se responsabilizó de otorgar las salidas de las tres primeras etapas (Mataró y Súria, al margen de Barcelona), ciudades bajo administración del PSC. En 2026, no parece que vaya a haber cambios en cuanto al color político de las salidas y llegadas agraciadas con el Tour. Y Tarragona, con el alcalde socialista Rubén Viñuales, sería el claro ejemplo.
El hecho de que la primera etapa (en línea o una contrarreloj, aún por definir) se celebre en Barcelona o sus alrededores, la segunda vaya a finalizar en Tarragona y la tercera ya busque la ruta hacia la frontera francesa permitirá a los corredores, equipos y a la organización permanecer todos los días en hoteles de Barcelona.