Rafael Louzán ha ignorado el grave episodio de acoso sufrido por el mallorquinismo a la salida del estadio King Abdullah de Yeda tras la semifinal de la Supercopa de España ante el Real Madrid del pasado jueves. En un acto llevado a cabo en la tarde del sábado, el presidente de la Federación Española de Fútbol ha profesado su amor por Arabia Saudí y, no solo ha mantenido un llamativo silencio al respecto, sino que ha agradecido «el cariño recibido estos días en Yeda».
Unas palabras que chirrían después de los numerosos testimonios de las parejas y madres de los jugadores del Mallorca y de los propios aficionados que llegaron a «sentir miedo» tras recibir burlas, faltas de respeto e incluso tocamientos de índole sexual tras la derrota de los bermellones frente a los blancos (3-0).
El gallego, que contó con el aval del Mallorca en las recientes elecciones presidenciales, pronunció estas palabras en un evento dedicado a la promoción de la final de la Supercopa entre el Barcelona y el Real Madrid y que tuvo la presencia de miembros de la comunidad española en el país saudí, el cónsul honorario de España en la embajada en Riad, Sheikh Abdulaziz Kaki, así como de los representantes de los clubes finalistas. «Este partido será seguido atentamente por más de 50 millones de personas en todo el mundo gracias al impacto de estos dos grandes transatlánticos de este deporte que son a su vez los mejores embajadores de España y la final es una manera también de devolver parte del cariño recibido estos días en Yeda», ha dicho.
No solo no ha hecho ninguna referencia a lo padecido por los hinchas del Mallorca, es que ha dejado claro que la vinculación del máximo organismo del fútbol nacional, que recibe cuarenta millones de euros anuales, puede prolongarse. «Hoy es un día para estar contentos y felices como culminación de una semana en la que hemos hecho muchas cosas para el bien de nuestro deporte, recibiendo siempre el cariño de un lugar que quiere al fútbol español. En 2030 será España quien organice, junto a Marruecos y Portugal la Copa del Mundo que cuatro años después se disputará en Arabia Saudí. Queremos pues ir de la mano con este gran país porque sus éxitos serán los nuestros», ha resaltado.
El cónsul honorario de España también se olvida de los graves hechos
Además, el cónsul honorario de España ha perdido una gran oportunidad para mostrar su sensibilidad por lo sucedido y que denunció, entre otros, la esposa del futbolista Dani Rodríguez, Cristina Palavra. «La disputa de la Supercopa de España es uno de los mayores acontecimientos deportivos de nuestro país y el hecho de que se dispute en Yeda supone un gran honor tanto para la comunidad local como para los españoles que residen o se desplazan hasta aquí».
De momento, las únicas palabras oficiales sobre este asunto las ha pronunciado el Mallorca. Alfonso Díaz, CEO de la entidad, aseguró justo antes de regresar a la isla que habló de madrugada (del jueves al viernes) con Louzán y confirmó que iban a tomar todas las «medidas de urgencia» para que no volviera a suceder y que el viernes la RFEF iba a tener una «reunión con la organización». Cuarenta y ocho después, el máximo organismo español de fútbol ha enterrado el tema y se encarga únicamente de explotar al máximo el Real Madrid-Barcelona.
El club bermellón pidió pruebas el mismo viernes a todos los presentes en las gradas y en las salidas del estadio para enviar los archivos gráficos tanto a la RFEF como a la seguridad del estadio. Dichas imágenes, vídeos, e incluso las explicaciones de lo sucedido, llevan días acaparando portadas en los principales medios y circulando por las redes sociales. Llama la atención como el perfil en X de la RFEF se ha mantenido muy activo en las últimas horas, ha habido más de veinte publicaciones, pero en ninguna se ha hecho mención al acoso que sufrieron los mallorquinistas en Yeda. Está mirando hacia otro lado.