Es tal su nivel de seguridad, de conocimiento, de experiencia, de saber aguantar la presión, la responsabilidad, el mando, cualidades que adquirió trabajando en la Juve y el Chelsea, dos equipos con entornos (y dueños) durísimos y muy necesitados de ganar por historia, riqueza y plantilla, que ni siquiera temió convertirse en el primer miembro del nuevo ‘staff’ técnico del FCBarcelona que daba la cara, que salía a cuerpo descubierto y se enfrentaba, en una entrevista, a finales de agosto, en Barça One, la nueva tele (o lo que sea) del club, para emitir su opinión de lo que iba a ser el Barça de Hansi Flick.
Julio Tous, que lidera el nuevo equipo de fuerza de los azulgranas, en el que se encuentran Pepe Conde, Rafa Maldonado y Germán Fernández, elogiados por Joan Laporta en su última conferencia de prensa, dijo una frase tan contundente, que, tras “la mierda del mes de noviembre”, como lo calificó Flick, parecía un anuncio de Coca-Cola: “Me sorprendería mucho que esto saliera mal”.
Y, ciertamente, la cosa no pudo empezar mejor ¿recuerdan?: 7-0 Valladolid, 1-4 Girona, 1.5 Villarreal, 5-0 Young Boys, 0-3 Alavés, 5-1 Sevilla, 4-1 Bayern de Munich, ¡¡¡0-4 Real Madrid!!!, 2-5 Crvena Zvezd. Pero llegó “la mierda del mes de noviembre” y yo me atreví a preguntarle a uno de los diez hombres que, diariamente, rodean a Flick desde las seis y media de la mañana (dicen que es la hora que llega el alemán a la Ciudad Deportiva ‘Joan Gamper’), qué estaba pasando. Su respuesta fue “ni antes sabíamos por qué goleábamos con tanta facilidad, ni ahora sabemos qué nos está pasando”.
Mi interlocutor fue tan modesto (debe ser el espíritu del extécnico del Bayern de Munich) que ni siquiera se atrevió a asegurarme que remontarían el vuelo. Sí me recordó la frase de Tous. Él, como supongo el resto de técnicos que han convertido a Pedri, Raphinha, Koundé o Lewandowski en otros futbolistas, de la noche a la mañana, también vivía confiado y, por tanto, extrañado de que “esto saliese mal”. Repito, no me lo dijo, pero sus palabras, su sincera explicación y su fe eran, es, portentosa.
Lamine Yamal es, a veces, Maradona, normalmente Messi y, como anoche, Ronaldinho. La estrella del Barça se ha inventado sus propios fans, seguidores, que, como ocurrió con ‘la pulga’, han descubierto el fútbol a través de su magia, atrevimiento y frescura.
Muchos pueden pensar que la aparición de nuevas goleadas, tremenda ante el Real Madrid y portentosa, anoche, ante un Betis desconocido en años (los dos resultados pudieron acabar 10-2 y 10-1), son fruto de la casualidad. Cosas del fútbol. Trabajando con la meticulosidad que trabaja esta gente, no diré, ni mucho menos, que estaba programado, pero el despliegue futbolístico, que ya apareció ¿verdad? el día de la derrota ante el Atlético en Montjuïc, ha podido acabar, en cinco días, con dos de los mejores entrenadores, Carlo Ancelotti y Manuel Pellegrini. Como poco, los ha dejado temblando.
Si la mayor cualidad de un entrenador es sacar la mejor versión de cada uno de sus futbolistas, estamos frente a un genio, ante un técnico que ha convertido a cada uno de sus hombres en auténticos gladiadores, jueguen en la posición que jueguen y sean o no titulares. Anoche, por ejemplo, hizo cinco cambios (y un montón durante el partido) con respecto a la final de la Supercopa y cayeron cinco pero pudieron ser, repito, 10. Es más, casi los marcaron de verdad.
¿De quién es este Barça?
Es tal la magia y la influencia de este hombre, al que Laporta no le deja aprender catalán para que no se vuelva loco con el ruido, los follones y escándalos que provoca él mismo, que el mundo se debate, en estos momentos, en saber si estamos ante el Barça de Flick….o el Barça, digámoslo ya ¡que caray!, de Lamine Yamal. Que lo sepan, Madrid entero, no solo el Real Madrid, el Madrid sociológico no solo teme sino que está convencido de que el Barça tiene al Leo Messi, como poco, de la próximo década.
“Pues sí, comparamos a Lamine Yamal con Leo Messi y, la verdad, tiene pinta de que va en esa dirección”, ha reconocido José María Guitiérrez ‘Guti’, madridista por decreto y representante de las esencias del madridismo más auténtico, castizo. “No sé si igualará a Messi, pero marcará una época como hizo Leo. Del Barça recuerdas a Xavi, Puyol, Busquets, Iniesta, sí, pero del que hablamos siempre es de Messi. Lo de Lamine Yamal va a ser un poco parecido, ya verás”.
¡Dios, 17 años! Y, como dice Elías Israel, ya es el Mickey Mouse del fútbol mundial. Y, no solo, eso. Lamine Yamal, que está, dicen, a punto de renovar por el Barça (su actuación de anoche igual le cuesta a Laporta sus buenos millones…de más), es el líder de una nueva generación, pero no solo de futbolistas, no, de aficionados, de seguidores del fútbol. Lamine Yamal se ha inventado sus propios fans, está arrastrando hacia al fútbol a jóvenes que no les interesaba el balompié y que se entretenían con otras cosas y otros deportes.
“Tiene pinta de que Lamine Yamal va en la dirección de Leo Messi. No sé si igualará a Leo, pero marcará una época como hizo Messi. Del Barça recuerdas a Xavi, Puyol, Busquets, Iniesta, sí, pero del que hablamos siempre es de Messi. Lo de Lamine Yamal va a ser un poco parecido”.
Es la magia de Lamine Yamal, que unos ratos es Diego Armando Maradona, casi siempre Leo Messi y, como anoche, hasta el mejor de los Ronaldinho (su movimiento del tobillo, que parecía de goma, y su pase a Koundé con túnel incluido al defensa bético fue de juegos animados), la que hace que los niños y jóvenes que hablan su mismo lenguaje desinhibido, que bailan en TikTok como él, que viven e interpretan la vida a su manera y que son hijos de un tiempo nuevo, diferente, se enganchen a este tsunami futbolístico, joven, fresco, feliz, ilusionante, cautivador, alentador, tentador, sugerente, excitante, en catalán diríamos ¿verdad? ‘engrescador’.