Veintiséis minutos de temporada. Veintiséis minutos de juego. Veintiséis minutos sudados. Cinco meses después, vuelve Andreas Christensen al equipo. Realmente un fichaje de invierno. Un futbolista que no existía para Hansi Flick.
Veintiséis minutos jugó el futbolista danés en la primera jornada. Los últimos del Valencia-Barça, donde los azulgranas defendía la ajustada victoria (1-2) de Mestalla. Sustituyó a Pau Cubarsí para que el equipo resistiera. Pero él resistió poco. Decidió enfrentarse al mal. A la tendinopatía que arrastraba desde hacía meses en el pie izquierdo. Flick resistió menos aún: le empujó a la enfermería y le conminó a que no volviera a salir hasta que estuviera completamente curado.
Miedo a dar el paso
Comenzaba la campaña y Christensen estaba harto, pero no se atrevía a dar el paso; tal vez por el miedo de asumir decisiones radicales en su lesión, quizá por someterse a un largo periodo de inactividad, posiblemente por dejar de contar para el nuevo entrenador que llegaba y la invisibilización que iba a comportar su desaparición del campo de entrenamiento.
Con Xavi iba tirando. Xavi contaba con él y el técnico asumía que debía reservar un cambio para Christensen, ya que no podía aguantar los 90 minutos. La Eurocopa y el descanso veraniego no aliviaron al futbolista, que revivió la pesadilla al arrancar la pretemporada. De nuevo se reprodujeron los dolores. Continuar con paliativos todo un curso, con la exigencia que habría, no era plan.
Flick vio claro que un futbolista no podía empezar sin estar al cien por cien de sus condiciones, entrenándose a nivel individual en ocasiones, ante la evidencia de que nunca iba a mejorar a medida que se avanzara la temporada. «Nos tenemos que ocupar de esos problemas», espetó Flick a Christensen, tras leer el historial médico, invitándole a parar. Aunque Ronald Araujo ya estaba en la enfermería y se quedaba con tres centrales: Pau Cubarsí, Iñigo Martínez y Eric Garcia. Sergi Domínguez sería el cuarto recambio.
«Christensen es un jugador fantástico y quiero que esté al cien por cien y ayudarle para que lo esté. Y no sólo al 60 por ciento», explicó Flick, la víspera de la segunda jornada de Liga. Ahí se interrumpió la tercera campaña del defensa danés (28 años) en el Barça. Media parte frente al Mónaco, 26 minutos en Valencia y adiós al fútbol.
Cinco meses exactos
Cinco meses exactos se cumplían este viernes del primer y último partido de Christensen en Valencia (17 de agosto). Cinco meses de camillas, ejercicios, máquinas, masajes e incluso una última intervención quirúrugica definitiva a manos de un especialista sueco al que llegó a través de un deportista azulgrana. El cirujano limpió toda la zona del talón de Aquiles, aliviándole del último rescoldo de dolor que quedada.
«Siento que acabamos de pasar un punto de inflexión», explicó Christensen a los medios del club después de que trascendiera la operación ambulatoria. «No debe afectar mi tiempo de regreso. Si lo hace será para acelerarlo», manifestaba entonces, optimista por ver la luz al final del túnel. No ha salido de él hasta este viernes.