El ciudadano dominicano de estos tiempos lleva la vida muy rápido, en ese afán por cumplir objetivos y metas, ya sean individuales o corporativos, se le va la vida intentando lograr el “éxito”; vamos rápido y las agujas del reloj nunca se paran, sin embargo no tenemos tiempo, ni para regresar a casa a comer y sentarnos con la familia a conversar; el tiempo camina, corre y a veces vuela pero ya no tenemos tiempo. El dominicano y yo diría que cualquier ciudadano del mundo contemporáneo, en ese afán desmedido…