Ángel Hernández sobre editoras: “Ellos creían que el Ministerio de Educación era una gracia de Dios”
El ministro de Educación Ángel Hernández atacó este miércoles a las editoras, por considerar que la cartera educativa era “un derecho divino” que les aseguraba millones de pesos anualmente y por eso “el pleito” de ese sector.
Esto, a propósito de que Asociación de Editores y Distribuidores e Libros de la República Dominicana urgió a la cartera educativa subsanar faltas ortográficas y de conceptualización, hallados en libros de texto de primero y tercer grado de básica.
Hernández indicó que luego de que Educación comenzara la producción de sus libros desde este año, las firmas editoras han visto una amenaza para sus ingresos y esto ha provocado el disgusto de este sector.
Al ser entrevistado durante el almuerzo semanal del Grupo Corripio, el funcionario aseguró que con esta medida el Estado se estaría ahorrando millones de pesos anuales, que regularmente eran manejados tradicionalmente por las mismas empresas.
“La expectativa no es tanto en lo que se gastó (en cuanto a la inversión de los libros fabricados por Educación), sino lo que se podía gastar este año y los que siguen, porque el pleito de los editores está en que ellos querían y pensaban, que el Ministerio de Educación era como una gracia de Dios”, adujo el funcionario.
Indicó que ellos creían que “eso era una parte del patrimonio de cada editora, que tenía derecho a licitar cada año, una cantidad de libros de textos y ganarse una cantidad de dinero, sin hacer más que licitar”.
El funcionario expresó que ahora la institución pasa a ser propietaria de sus propios libros, por lo que entiende la preocupación de este sector, que ha atacado álgidamente las faltas halladas en los libros impresos por Educación.
“Obvio, si yo fuese un editor, también estuviese preocupado, porque voy a tener que tener mayor capacidad para lograr de nuevo recuperar los 500 o 600 millones que ellos cada año tenían asegurados”, expresó.
Actualmente Educación trabaja en la corrección de los textos, aunque su titular ha reiterado que la responsabilidad de esas faltas, recae en manos de los organismos que asumieron la responsabilidad de redactar y estos libros.