Los Florida Gators y todo el mundo del básquet se encuentran en vilo por la situación que vive una de las más grandes estrellas del baloncesto universitario, Keyontae Johnson, quien se desmayó tras volver de un tiempo muerto en el partido ante los Seminoles de Florida State. El jugador se fue al suelo en pleno partido ante la mirada sorpresiva de todos sus compañeros, quienes no detectaron ningún problema previo.
Johnson, de 21 años, se desmayó en pleno partido y fue trasladado al Tallahassee Memorial Hospital, donde se encuentra en estado “crítico pero estable”, según pudo afirmar el portavoz de prensa de su equipo. Tras su colapso, rápidamente llamaron a las emergencias del estadio, que lo estabilizaron hasta poder llevárselo en ambulancia. El entrenador del equipo, Mike White, y los jugadores se pusieron de rodillas, rezando por su compañero.
El basquetbolista universitario llevaba cinco puntos en el partido ante los Seminoles de Florida. Es considerado el mejor jugador de su equipo, donde lleva 19,7 puntos y 6 rebotes por partido en la temporada. El año pasado fue elegido como el mejor jugador de la conferencia sureste y a su temprana edad ya llamó la atención de varios ojeadores de la NBA. El entrenador White suspendió las entrevistas posteriores para acercarse al hospital donde está el joven.
Según medios oficiales estadounidenses, el entrenador del equipo y sus compañeros permanecerán en el hospital acompañándolo durante la noche. Además, sus padres volaron desde Virginia para acompañar a su hijo. En la red social de Twitter, su entrenador publicó: “Por favor, sigan orando por @Keyontae y su familia. Todos lo amamos».
Como la mayoría de sus compañeros de equipo, Johnson había dado positivo por COVID-19 durante el verano. Aunque la causa de la enfermedad de Johnson aún se desconoce, el coronavirus puede provocar miocarditis, una infección viral del músculo cardíaco. Antes del incidente, Johnson acababa de terminar un alley-oop en un pase de Tyree Appleby. Estaba celebrando con sus compañeros de equipo y caminando hacia la línea lateral antes de colapsar.
Los árbitros del partido dieron un tiempo para reagruparse y el juego continúo durante unos minutos. Posteriormente, el entrenador Leonard Hamilton, dijo que los árbitros le dieron a los Gators dos advertencias de detener o continuar el juego, el entrenador dejó que sus jugadores decidieran. «Lo que ellos pensaran que era lo mejor para su equipo, entonces lo aceptaría», dijo Hamilton. El partido continuó y el resultado final fue victoria para los Seminoles 83-71.