«El futuro se ve prometedor. Hemos traído resultados. Se pueden ver, se pueden palpar. No hay nada que puedan hacer para evitarlo». Javier Milei cumplió un año como presidente y decidió autocelebrar su gestión con un mensaje de 40 minutos dirigido a los argentinos a quienes invitó a «subirse al tren del progreso o ser arrollados por él». El anarco capitalista llegó más lejos de lo que pensaba la oposición. Ahora, «se vienen tiempos felices».
Las encuestas le asignan un 50% de aprobación pese a la pobreza del 50%, un severo cuadro recesivo, la caída del PIB de cuatro puntos este año, el cierre de 15.000 pequeñas y medianas empresas y la pérdida de unos 230.000 empleos en los sectores público y privado. El control del precio del dólar y la inflación, que en diciembre de 2023 fue de 25% y en noviembre llegó a los tres puntos, son las medidas que más ponderan sus votantes. Los mercados celebran la reducción del déficit fiscal sobre la base del «mayor ajuste de la historia», la política de privatización y desregulación. La alianza entre una parte de «los que menos tienen» en Argentina y los sectores más poderosos sostiene al Gobierno de ultraderecha con una firmeza que provoca desconsuelo entre los argentinos que rechazan las tentaciones autoritarias, la destrucción de la industria cultural, las cazas de brujas a escritoras, la destrucción del polo científico y la obsesión antifeminista.
«El mundo ha vuelto a posar su mirada en Argentina». Rodeado de su equipo de ministros, y con un pequeño león delante de él, símbolo de una fortalez a prueba de adversidades, Milei habló al país como el ganador de una disputa con sus adversarios en el Congreso, al que doblegó con un porcentaje mínimo de legisladores, y a los sindicatos, universidades y movimientos sociales que protestaron en la calle. «Creyeron equivocadamente que haber elegido a este Gobierno fue un arrebato caprichoso de la sociedad. Bueno, la sociedad este año les demostró que su compromiso con el cambio no fue un capricho momentáneo, sino una convicción inquebrantable. Los argentinos no tolerarán obstrucciones insensatas a nuestras reformas».
Listado de enemigos
Milei aseguró que no solo el peronismo conspira contra su deseo de transformar profundamente a este país. «Periodistas, sindicatos, organizaciones y políticos se unieron en defensa del status quo como si pertenecieran al partido del Estado. Quieren vivir en un paraíso ficticio. Piensan que tiene derecho divino para vivir de la sociedad. Llegó la hora del hombre común».
Argentina, dijo, se aacercaa la panacea. «Somos uno de los países que mejor se proyecta para los próximos 40 años. Algunos lo consideran un milagro económico». Se propone fortalecer en todos los planos su alianza con Estados Unidos, a la espera de que Donald Trump acceda a firmar un acuerdo de libre comercio. Eso no sería posible, dijo el presidente, sin el sacrificio de su base electoral. «Gracias por haber sobrellevado los meses duros del comienzo de nuestra gestión». Mieli agradeció a los que «se vieron asediados por la casta» política, «fueron tratados como ciudadanos de segunda» y han hecho un «sacrificio conmovedor» en medio de las penurias. «No será en vano», prometió.
Sigue el ajuste
«La casta sigue trabajando para Milei», consideró Carlos Pagni, columnista del diario La Nación al al hacer balance de los 365 días libertarios. El exsenador peronista Edgardo Kueider, quien abrazó la causa oficial, se ha convertido en el símbolo del político demonizado y al mismo tiempo útil. Se encuentra desde hace una semana arrestado en Paraguay, donde intentó pasar de contrabando 200.000 dólares que, se señala, recibió como premio por votar las iniciativas del Ejecutivo. Si Kueider es expulsado del Senado por corrupto se complica el equilibrio de fuerzas para un Gobierno en minoría en esa cámara.
«Vamos a continuar nuestro programa de ajuste para poder bajar impuestos y devolverle el dinero al sector privado», dijo el mandatario y anunció reformas de las leyes laborales, los sistemas previsional y penal. A su vez, las autoridades económicas quieren lanzar una serie de medidas que permitan a los comercios y empresas hacer transacciones en dólares y euros.
El optimismo y las cifras
Según Milei, Argentina ha dejado atrás la recesión. Sin embargo, la actividad industrial ha vuelto a caer en octubre. La cámara que agrupa a los supermercados consignó que el consumo masivo atraviesa uno de los peores meses de su historia. La tendencia se mantendrá el año que viene, a pesar de que ha caído la inflación.
El anarco capitalista aseguró que el horizonte de prosperidad es cada vez más cercano. «Tenemos solicitud de aprobación de inversiones por más de 11.800 millones de dólares, y hay anuncios por miles de millones más en sectores como infraestructura, minería, siderurgia, energía, automotriz, tecnología, petróleo y gas».
La hermana y la vicepresidenta
Antes de completar su alocución, Milei se dedicó a exaltar la figura de su hermana Karina, actual secretaria general de la Presidencia y para los analistas políticos la mujer más poderosa del país. «El Jefe», como le dicen, es un sostén emocional y operativo del extertuliano televisivo. «Quiero agradecerle por la enorme labor que ha llevado a cabo. Argentina tendrá siempre una enorme deuda de gratitud para con ella».
Dos semanas atrás, Milei hizo público su distanciamiento de la vicepresidenta Victoria Villarruel, quien pertenece a otra facción del universo conservador argentino: sectores asociados a la última dictadura militar (1976-83). Villarruel no acompañó al presidente en su mensaje a la nación. Ella hizo un balance aparte a través de la red social X: «un año muy intenso de trabajo, construyendo consensos en el Senado, recorriendo las provincias, afianzando el federalismo y trabajando por una Argentina mejor». Ni siquiera se detuvo a nombrar al jefe de Estado.