El presidente Joe Biden retiró a Cuba de la lista de países que patrocinan el terrorismo a pocos días de abandonar la Casa Blanca. En virtud de un acuerdo a tres puntas del cual ha participado el Vaticano, el Gobierno de la isla se dispondría a liberar un número importante de presos prisioneros políticos, muchos de ellos participes del estallido social de julio de 202. De acuerdo con otras fuentes periodísticas citadas por medios norteamericanos, Biden notificará al Congreso sobre esta medida. Se argumentará que tras una larga evaluación, no se han encontrado informaciones que indiquen que Cuba respaldaba o promovía actividades terroristas. Hasta el momento, la administración de Miguel Díaz-Canel no se ha pronunciado.
Los funcionarios de Estados Unidos citados por la prensa destacaron el papel desempeñado por la Iglesia Católica para avanzar en la dirección alcanzada. Biden, se informó, habló recientemente con el papa Francisco sobre un asunto que no solo tiene repercusiones inmediatas, sino que también promete impactar en el relevo del mandatario demócrata. Fue Donald Trump quien, antes de completar su primer período de Gobierno quien volvió a incluir a Cuba en la lista negra de la cual su sucesor acaba de quitarla. Para Washington, La Habana tenía entonces el mismo nivel de peligrosidad que Corea del Norte, Irán y Siria. La inclusión tuvo impacto comercial y financiero en la mayor de las Antillas.
Cuba había formado parte de la lista desde 1982 pero salió en 2015, durante la etapa de acercamiento impulsada por el entonces presidente estadounidense Barack Obama (2009-2017) y frenada por Donald Trump, quien revirtió sus efectos en enero de 2021, influenciado por las relaciones del multimillonario republicana con el exilio cubano en La Florida. Estados Unidos justificó entonces la medida aludiendo a la presencia en La Habana de integrantes de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), que viajaron a La Habana para iniciar negociaciones de paz con el Gobierno de Colombia.
La segunda presidencia de Trump se encuentra con esta novedad que promete una reacción crítica teniendo en cuenta de que incluye como secretario de Estado a Marco Rubio, hijo de exiliados cubanos, y promotor de una política de mano dura hacia la isla, así como Nicaragua y Venezuela.
Pedido de Cuba
La Habana reclamó durante todos estos años el gesto que Biden acaba de llevar a cabo en una decisión política de última hora. Alegó que sus efectos en las condiciones de vida de la población eran devastadores. Su petición fue acompañada por otros países como México y Colombia, desde que asumió Gustavo Petro. Países de la UE, otros expresidentes latinoamericanos, el propio Obama, de quien Biden fue vicepresidente, y legisladores demócratas habían hecho llamados similares convencidos de que retirar a Cuba de la lista permitirá mitigar su situación interna cuando atraviesa un éxodo de proporciones históricas que busca hacer pie en territorio norteamericano.
Biden a su vez suspendió también la capacidad de los ciudadanos estadounidenses de demandar en tribunales de Estados Unidos la expropiación de sus propiedades en Cuba y levantó algunas sanciones financieras. Eliminó a su vez el límite de remesas para Cuba.