Una transición pacífica y ordenada de poder. Esa fue la promesa que hizo el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, al conceder la victoria electoral al republicano Donald Trump esta semana y la primera prueba de ello se verá este mismo miércoles en la reunión entre el actual mandatario y el presidente electo en el Despacho Oval, que fue anunciada este sábado.
Tal y como marca la tradición, este encuentro, inicia la transición entre la administración saliente y la entrante. Sin embargo, el Trump no recibió a Biden para esta reunión de este tipo después de que Trump perdiera las elecciones en 2020. De hecho, el expresidente republicano sigue a día de hoy sin admitir que perdió las elecciones de 2020. Al contrario, el falso argumento del fraude electoral fue una pieza central de la campaña que le ha llevado de vuelta a la Casa Blanca, hasta el punto que dijo que no admitiría un resultado electoral favorable a su rival demócrata, Kamala Harris, despertando inquietud entre analistas y ciudadanos por una nueva oleada de violencia.
Esta teoría de la conspiración que el expresidente llamó ‘la gran mentira’ (en referencia a que Biden no ganó las elecciones, algo que sí hizo) fue la que llevó a la toma del asalto al Capitolio hace casi cuatro años, mientras los legisladores refrendaban la victoria de Joe Biden en las urnas, en enero hará exactamente cuatro años. El período de transición se extiende a lo largo de dos meses y medio desde que se conocen los resultados de la votación, el primer martes de noviembre, hasta la inauguración presidencial, siempre el 20 de enero del año siguiente.
La noticia de la reunión entre ambos líderes se conoció mediante un comunicado la secretaria de prensa de la Casa Blanca dijo en un breve comunicado que Biden había invitado a Trump a reunirse con él en el Despacho Oval, pero no dio más detalles sobre el encuentro.
Este encuentro dejará para la historia una imagen que no se produjo hace cuatro años: la de Biden y Trump juntos ante la Casa Blanca listos para el traspaso de poderes.