En una famosa entrevista en el diario ‘Haaretz’ el año 2004, el historiador Benny Morris –nombre fundamental del denominado movimiento de los nuevos historiadores israelís, que revisó y reevaluó la narrativa histórica tradicional sobre Israel y Palestina— creó una enorme polvareda al afirmar que David Ben Gurion, el líder sionista y primer primer ministro de Israel, perdió en 1948 la oportunidad de resolver de forma definitiva el conflicto entre israelís y palestinos. Según Morris, si Ben Gurion hubiese llevado a cabo una política más agresiva de expulsión de la población palestina durante la guerra de 1948, se hubiera evitado lo que sucedió después: la red de violencias de la ocupación de los territorios ocupados, por decirlo en pocas palabras.
«Ben Gurion tuvo una pequeña oportunidad en 1948 para expulsar a toda la población árabe de Palestina, y decidió no hacerlo. No fue lo suficientemente resoluto. Si hubiera llevado a cabo una expulsión completa, en lugar de una parcial, habría estabilizado al Estado de Israel durante generaciones», afirmó Morris, que añadió: «Si ya estaba involucrado en una guerra e iniciando expulsiones, tal vez debería haber completado el trabajo”.
En redes sociales ha hecho fortuna un vídeo –atribuido al entorno del Gobierno turco– que ha levantado gran polvareda. Ambientado en 2040, se ve a varias ciudades (Seattle, París, Berlín, Seúl) conmemorar el 16º aniversario del “genocidio palestino” en Gaza con exposiciones, memoriales y exposiciones conmemorativas muy similares a las que existen ahora sobre el Holocausto o el exterminio de la población indígena en América del Norte. En varios idiomas, unos niños preguntan a los adultos qué hicieron ellos mientras Israel destruía Gaza.
No es aventurado imaginar que, si Ben Gurion hubiese completado el trabajo, en palabras de Morris, tal vez algo similar sucedería con el recuerdo de la huella árabe en Israel. “Sé que suena terrible, pero si el resultado hubiera sido paz durante cien años o más, ¿quién no pensaría que sería una buena idea?”, declaró Morris al ‘Haaretz’. El historiador fue muy criticado por historiadores israelís como Ilan Pappe y Avi Shlaim, que lo acusaron de justificar la limpieza étnica.
Israel ha ordenado evacuar por entero el norte de Gaza, entre 300.000 y 500.000 personas, justo cuando circulan informaciones filtradas del Gobierno de Binyamín Netanyahu que hablan de la partición en tres de la Franja y de la anexión del norte, previamente deshabitado. Shlaim, tal vez recordando las palabras de Morris, afirmó en una entrevista a ‘El País’ que el objetivo del Gobierno que lidera Netanyahu es “la limpieza étnica de Gaza y la anexión real de Cisjordania”. Es decir, completar el trabajo de Ben Gurion.
Nada dice Netanyahu de sus planes para después de la guerra, aunque sus socios en la coalición de Gobierno no esconden su idea de que el escenario abierto tras el 7-O es el ideal para cambiar de una tacada Oriente Próximo, desde los territorios ocupados hasta los países vecinos (“hasta Damasco”, dijo en televisión el ministro de Finanzas, el ultra entre los ultras Bezalel Yoel Smotrich). E incluso acampan ante Gaza para demostrarlo. En una charla reciente en el Real Instituto Elcano, Ehud Olmert, ex primer ministro israelí, dijo: “Supongamos que vamos a obtener una victoria impresionante, la clase de victoria a la que Netanyahu dice que aspira, una victoria total. ¿Qué significa una victoria total? Que habremos eliminado a todos los activistas de Hamás, nadie permanecerá. ¿Y luego qué? Aún tendremos seis millones de personas. ¿Qué vamos a hacer con ellos? ¿Seguiremos para siempre ocupando sus territorios? ¿Seguiremos para siempre negando a los palestinos su autodeterminación? ¿O el derecho a la libre circulación? ¿O su libertad de expresión, de derechos políticos o de voto? Si eso es lo que queremos, estamos condenados, no los palestinos, nosotros, porque Israel se convertirá en completamente intolerable e inaceptable”.
Netanyahu ha dedicado toda su vida a evitar la creación de un Estado palestino, según confesión propia. Sus socios quieren dibujar un mapa nuevo. Pero bajo la escuadra y cartabón viven casi seis millones de palestinos. Eso es lo que significa completar el trabajo de Ben Gurion: “un Israel inaceptable”, opina Olmert.
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