Corea del Sur está de moda. De la mano del K-Pop, de la película ‘Parásitos’, de las multinacionales tecnológicas y del automóvil o del taekwondo, el país asiático se ha ganado el interés de Occidente y de los catalanes en particular. Se calcula que más de 11 millones de turistas internacionales visitaron Corea del Sur en 2023. Desde un punto de vista geoestratégico, Corea del Sur es el gran aliado de occidente frente a Corea del Norte, Rusia o China. Paralelamente, Corea del Sur pugna por vencer sus inseguridades culturales a pie de calle tras una industria exportadora local arrolladora y se está abriendo cada vez más al exterior. También con una creciente salida de turistas.
El turismo surcoreano ha demostrado ser uno de los más relevantes para España, especialmente en 2023, cuando más de 433.000 turistas surcoreanos visitaron el país. De ellos, 325.000 eligieron Catalunya como destino, lo que representa el 75% del total de turistas coreanos llegados a España. Esta cifra no solo supera a la de los turistas procedentes de Japón y China, sino que también es significativa si se tiene en cuenta que la población de Corea del Sur es considerablemente menor que la de estos dos países. En cuanto a las visitas a Europa, España se consolida como el destino más popular para los turistas surcoreanos en 2023, con una notable diferencia sobre el segundo destino europeo, Alemania, que solo registró 208.000 visitantes procedentes de Corea.
Y en esa creciente sensibilidad e interés cruzado entre Catalunya y Corea del Sur cuatro ‘startups’ coreanas especializadas en gastronomía y en servicios para la hostelería han escogido Barcelona para mostrar sus innovaciones y ponerlas a prueba en diversos restaurantes de la ciudad. La ciudad pasa a ser la puerta de entrada en el mercado europeo para unas firmas que abanderan dos señas de identidad de la cultura coreana; la tecnología (K-Tech) y la alimentación saludable y sostenible (K-Food). Las ‘startups’ son ejemplo de modernez al cubo y están apadrinadas por la agencia de promoción económica del Gobierno metropolitano de Seúl, la Seoul Business Agency (SBA). El proyecto ha sido gestionado por la firma OASTA Consulting, además de tener como escaparate de estos proyectos algunos de los restaurantes del grupo Stoneweg Food.
Desde 2021 y de la mano de SBA, Barcelona se ha consolidado como banco de pruebas y puente de entrada a Europa para la tecnología coreana más vanguardista. Dentro de su programa de apoyo a las ‘startups’, la agencia de promoción económica de Seúl ha apostado este año por paella de kimchi vegana, vajillas sostenibles, cartas en 33 idiomas y fotomatón impactante.
Slunch
Una de estas ‘startups’ es Slunch, que reinventa el kimchi, plato tradicional coreano, el pilar central de la moderna K-Food. Slunch Factory ya posee restaurantes y tiendas en Seúl. Un cocinero de Slunch ha trabajado mano a mano con la cocinera del restaurante Casa Candela para elaborar una paella de kimchi vegana y una paella de marisco con kimchi, que estarán disponibles en el menú de Casa Candela en Barcelona y de los restaurantes de Slunch en Seúl. Colaboración cultural gastronómica de la que se espera gocen sin reparos y a la par el próximo año tanto en Barcelona como en Seúl. Slunch aspira a hacerse un hueco en Europa de la mano de esta primigenia colaboración e introducir también en España el kimchi vegano en latas de 160 gramos en tiendas delicatessen y más allá.
Sustainable Lab
Otra ‘startup’ coreana en pleno desembarco es Sustainable Lab. Lo suyo es la sostenibilidad por encima de cualquier otro factor y está asociada a la marca comercial Idden. Guiada por su misión de «menos plástico, más árboles», Sustainable Lab ofrece soluciones innovadoras y ecológicas que abordan los desechos plásticos y promueven prácticas sostenibles en diversas industrias. En el núcleo de su innovación se encuentra RE:Tree, una tecnología de material reciclado creada a partir de madera y subproductos agrícolas, que está 100% libre de microplásticos. En Barcelona, presenta RE:Tree a través de vajillas, un primer paso estratégico para destacar su potencial de transformar el sector de restauración con estándares más respetuosos con el medio ambiente. Por cada producto de la marca Idden que se compra, se planta un árbol, apoyando la conservación de las selvas tropicales, la preservación de la biodiversidad y la acción global contra el cambio climático.
Meping
Meping es otra de las ‘startups’ coreanas elegidas para el desembarco en Barcelona. Han pensado en la Barcelona de los turistas, que se calcula que en un 80% no entienden las cartas de los restaurantes. Meping aporta inteligencia artificial para traducir en tiempo real la oferta de los restaurantes a 33 idiomas, sino que también ofrece de forma exhaustiva la historia del chef detrás de cada plato, información sobre ingredientes, advertencias sobre alergias y sugerencias de maridaje de vinos.
La función de recomendación de maridaje de vinos ayuda a los clientes a entender y seleccionar de forma fácil y cómoda la carta de vinos de primera calidad del restaurante, lo que incrementa las ventas de productos vinícolas de alto margen. Durante la prueba piloto en Barcelona los restaurantes que utilizaron Meping experimentaron un aumento medio de los ingresos del 32%.
Cherry
Cherry es una ‘startup’ que ofrece una moda coreana en Occidente, el fotomatón gastronómico y las donaciones altruistas. Cherry permite a los usuarios hacer donaciones automáticamente con solo hacerse una foto. Todo el proceso se controla de forma transparente mediante la tecnología blockchain. El nombre Cherry procede de la palabra inglesa ‘Charity’. El moderno fotomatón, protagonista en el fin de fiesta de los jóvenes coreanos, pasa a ser también instrumento para aliviar conciencias y apoyar causas justas.
Estas ‘startups’ son algunos de los ejemplos del intercambio cultural profundo de los últimos años entre Corea y Occidente y que apunta a afianzarse en el futuro. El Gobierno de Corea del Sur, a través del Ministerio de Cultura, Deportes y Turismo, ha adoptado un enfoque proactivo para utilizar la cultura como mecanismo para dar a conocer el país y como herramienta para el desarrollo económico. Después de la crisis financiera asiática en el año 1997, se creó el Consejo Presidencial de Marca Nacional, que fue fundamental para coordinar las estrategias de ‘branding’ (imagen de marca) y promoción cultural, destacando el potencial económico del Hallyu (la ola coreana o la moda desatada tras el KPop, por ejemplo) y el deseo de diversificar la economía hacia industrias menos tradicionales y más creativas.
Una de las divisiones del ministerio, la División de la Industria de la Cultura Popular, se centra en la música pop coreana, la moda, el entretenimiento masivo, los cómics, los dibujos animados y otros productos clave. Esta división, junto con otras tres, conforma la Oficina de Contenido Cultural, cuya inversión total alcanza los 5,5 mil millones de dólares anualmente. Además, el Gobierno coreano financia entre el 20% y el 30% de un fondo de inversión de mil millones de dólares destinado a fomentar y exportar la cultura popular del país. Los fondos restantes provienen de bancos de inversión y empresas privadas y son gestionados por la Corporación de Inversión de Riesgo de Corea. Esta inversión no solo refuerza el posicionamiento de Corea del Sur en el ámbito cultural global, sino que también contribuye a crear empleos y fomentar la innovación en sectores creativos, consolidando al país como un líder en el ámbito de las industrias culturales.
La renta per cápita de Corea del Sur fue en 2023 de 34.000 dólares, lo que supone multiplicar por 340 la que tenía en 1960, en uno de los ejemplos de desarrollo más veloces en la historia mundial En España, aproximadamente, la renta per cápita es de 32.000 dólares, unas 80 veces la que había en 1960. El rápido crecimiento de Corea del Sur es conocido como el ‘milagro del río Han’, que es el río que atraviesa Seúl. Nuevas ‘startups’ pugnan por consolidar el milagro coreano de la mano de la cultura y sus intercambios con Occidente.