Estados Unidos vuelve a estar en el centro de todas las miradas. Unos 240 millones de personas están llamadas a acudir hoy a las urnas para decidir si la presidencia del país cae en manos de Kamala Harris o Donald Trump. Sin embargo, todo apunta a que el resultado de las elecciones se hará esperar. ¿Cuánto?
Los dos últimos comicios presidenciales muestran por qué los plazos son una incertidumbre. En 2016, la victoria de Trump no se confirmó hasta el día después de la cita electoral, mientras que, en 2020, la contienda no se adjudicó a Joe Biden hasta el sábado siguiente, cuatro días más tarde, cuando logró superar el umbral necesario de 270 electores.
Ambos escenarios podrían repetirse ahora. Las encuestas apuntan a un empate técnico entre demócratas y republicanos, una proyección particularmente reñida en Arizona, Carolina del Norte, Georgia, Míchigan, Nevada, Pensilvania y Wisconsin, los siete estados bisagra llamados a decidir el resultado. Ahí, las mesas de votación cerrarán entre las 19 y las 22 horas locales (este), eso es, entre medianoche y las tres de la madrugada hora española.
¿Qué pasará?
Si los sondeos fallan y la balanza se decanta con claridad podríamos saber quién será el próximo inquilino de la Casa Blanca el martes o el miércoles. A excepción de los años 2020 y 2000, esa ha sido la tónica en todas las elecciones del siglo XXI. No es que los resultados fuesen definitivos, pues nunca en la era moderna EEUU ha completado el recuento de votos en un solo día, pero había suficiente información para proyectar quién había ganado.
Sin embargo, si los pronósticos aciertan en su lectura de una contienda vertiginosamente ajustada, el veredicto final podrá demorarse varios días, como sucedió hace cuatro años. Esa lentitud se debe a que cada estado sigue normas distintas para contar los votos. Unos anotan los sufragios por correo antes que los ejercidos presencialmente y otros hacen lo contrario. A eso se le suma que cada vez hay más voto postal, lo que reduce la muestra de resultados disponibles el martes para poder proyectar quién gana.
En 2020, Trump explotó la incertidumbre de ese proceso democrático para sembrar una falsa conspiración de fraude electoral con la que pretendía impugnar su derrota en las urnas, estrategia que podría ahora si sus esperanzas se tuercen.
¿Cuándo habrá resultados definitivos?
Durante la noche electoral, la agencia Associated Press se encargará de publicar encuestas de voto, mientras que las cadenas televisivas CNN, ABC, NBC y CBS harán proyecciones de los resultados. Para elaborarlas utilizan una combinación de resultados oficiales en vivo, encuestas a pie de urna, un análisis de tendencias electorales históricas y una red de colaboradores desplegados en los centros de escrutinio de condados clave.
Cada medio tiene un ‘decision desk’ o mesa de expertos que emite su propia proyección, pero todos siguen una misma regla de oro: anunciar al vencedor en un estado cuando la tendencia sea irreversible. No obstante, el resultado oficial definitivo tardará días en llegar, pues requiere contar hasta el último voto en cada uno de los 50 estados del país.
En EEUU, la presidencia no se decide por el voto popular, sino por los electores que otorga el Colegio Electoral. Cada estado otorga un número de electores en base a su tamaño y población. En total hay 538, lo que hace que para ganar la presidencia sea necesario alcanzar los 270. Los compromisarios del Colegio Electoral se reunirán el 17 de diciembre para votar al próximo presidente y vicepresidente de EEUU. El resultado final se ratificará el 6 de enero de 2025 en una sesión conjunta en el Congreso.