Cuba no ve luz al final del túnel. La isla volvió a quedarse este sábado completamente sin electricidad tras fallar el proceso de recuperación del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) iniciado la víspera después del apagón total. La penumbra que cubrió a la mayor de las Antillas el viernes puso en serios aprietos al Gobierno del presidente Miguel Díaz-Canel. Las promesas de un gradual pero seguro restablecimiento de la situación quedaron en el aire. Una nueva «desconexión total» del SEN dio al traste con los pequeños avances.
El Aeropuerto Internacional José Martí, por donde entran al país los principales contingentes turísticos, quedó completamente a oscuras. Cuando las imágenes comenzaron a circular por las redes sociales , la Corporación Cubana de Aviación aseguró que se utilizarán generadores para mantener los vuelos. El tráfico de internet se redujo a su mínma expresión de acuerdo con la empresa de monitoreo NetBlocks. A pesar de las restricciones, los cubanos no dejaron de expresar su descontento. «¿Hasta cuándo?», fue la pregunta común de los usuarios.
El Gobierno cubano informó en horas del mediodía que gradualmente se recuperaba el suministro en el sector occidental. Las autoridades no se atreven de todas maneras a dar por segura la restauración total del SENni garantizar que será el último de los trastornos. Así lo reconoció el director de electricidad del ministerio de Minas y Energía (MINEM), Lázaro Guerra Hernández. «No hay un tiempo definido para el restablecimiento total, pero se trabaja para conectar el sistema eléctrico lo antes posible», dijo por su parte ´Granma`, el órgano oficial del Partido Comunista, en el poder y cada vez con menos lectores: los cubanos prefieren enterarse de lo que sucede a través de sus teléfonos.
Díaz-Canel había llamado a redoblar los esfuerzos del Estado para mitigar los problemas que afectan a una población que se venía preparando para lo peor. Durante la semana los cortes habían afectado a la mitad del territorio. Lo del viernes fue tan impactante que se tuvo que paralizar toda actividad laboral estatal no esencial, desde la agenda de los ministros hasta las escuelas. El presidente se vio obligado a admitir que la situación es «tensa» y compleja».
Déficit de combustibles e infraestructura
Los frecuentes apagones dañan la economía cubana -que en 2023 se contrajo un 1,9 % y se encuentra aún por debajo de los niveles de 2019, según datos oficiales- e impulsan el descontento que durante julio de 2011, en medio de un verano impiadoso, creó las condiciones para un inéduito estallido social. El pasado 18 de marzo, un apagón suscitó protestas en Bayamo y Santiago de Cuba, nada menos que las «cunas» de la Revolución que llevó a Fidel Castro a la victoria el 1 de enero de 1959. Las autoridades cortaron todo el servicio de internet pero no pudieron impedir la divulgación completa de imágenes y audios que mostraban el malestar. Cada colapso del SEN pone a prueba la capacidad de tolerancia de una ciudadanía agobiada que convive con la incertidumbre permanente así como la escasez y la inflación.
El SEN se encuentra en un estado muy precario por el déficit de combustibles -fruto de la falta de divisas para importarlo- y las frecuentes averías en obsoletas centrales termoeléctricas, con cuatro décadas de explotación y carencia crónica de inversiones. ´Granma` recordó las razones de este atraso. «Como resultado del criminal bloqueo, se han aplicado constantes interrupciones al servicio eléctrico que generan malestar en la población e impactan en la productividad y en el funcionamiento de la nación». El Gobierno cubano ha alquilado en los últimos años varias centrales eléctricas flotantes para atenuar la falta de capacidad de generación.
Sin inversiones
El sistema energético cubano depende en este difícil contexto de los envíos de petróleo desde Venezuela. «¿Qué hizo el régimen cubano con los 1,200 millones de euros concedido por Rusia para construir nuevas termoeléctricas?», se preguntó el portal ´Ciber Cuba`. En octubre de 2015, el portal oficial ´Cubadebate` había reproducido una noticia de la agencia RIA Novosti según la cual la isla dispondría de esa cantidad de dinero «para la construcción de los bloques de energía en dos centrales termoeléctricas». Sin embargo, eso no sucedió por una combinación de factores. En septiembre de 2022, en medio de la invasión rusa a Ucrania, la viceministra de Energía y Minas, Tatiana Amarán Bogachova, sostuvo que La Habana no había conseguido el 10% del total de ese dinero para hacerlo viable. «No hemos podido reanudar el proyecto. Los créditos no son un regalo, sino un préstamo».
