De internet a la Casa Blanca: Donald Trump y Kamala Harris cortejan a los ‘influencers’ para hacerse con el voto de la generación Z


Si la televisión convirtió la política de Estados Unidos en puro entretenimiento para las masas, las plataformas digitales han dado ese poder de influencia a los creadores de contenido en internet. Solo así se entiende que el pasado 5 de agosto, a falta de tres meses para las elecciones a la presidencia del país, Donald Trump invitase al streamer de 23 años Adin Ross a charlar en su mansión de Mar-a-Lago. Incluso bailaron. «Nunca permito que me hagan este tipo de entrevistas, tú eres el primero», le confesó. Ross se dio a conocer jugando a videojuegos en Twitch, pero también por sus insultos homófobos, por haber mostrado porno en sus retransmisiones o por apoyar al misógino Andrew Tate, acusado de secuestrar, violar y prostituir a menores en Rumanía. Nada de eso le importó porque tiene 7,2 millones de seguidores en Instagram, 6,4 millones en TikTok y 4,5 millones en Youtube, la mayoría de ellos hombres jóvenes blancos. Trump sabía lo que hacía.



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