El director del FBI, Christopher Wray, ha comunicado este miércoles a los trabajadores de la agencia federal de investigaciones de Estados Unidos que dimitirá de su cargo en cuanto concluya la presidencia de Joe Biden. Wray, que fue nombrado por Donald Trump en 2017 por un periodo de 10 años, con esa decisión se evita ser despedido por el mandatario republicano, un despido sobre el que no cabían dudas.
Wray allana el camino para que pueda darle el relevo en la agencia federal el nominado de Trump, Kash Patel, un antiguo fiscal extremadamente leal al presidente electo cuyos ataques al propio FBI le han colocado en el centro de la controversia.
En un libro y en entrevistas y declaraciones Patel ha dicho, por ejemplo, que los altos cargos de la agencia deben ser despedidos, que cerraría la sede central del FBI en Washington para convertirla en “un museo del estado profundo”, que hay que perseguir judicialmente a periodistas y que los trabajadores de las fuerzas de seguridad nacional deben ser sustituidos por “gente que no mine la agenda del presidente”.
Aunque afirmaciones como esas y su declarada voluntad de poner el FBI al servicio personal de Trump han hecho saltar alarmas, de momento no parece que vaya a tener problemas para ser confirmado en el Senado, que los republicanos controlarán a partir de enero.
Una relación deteriorada
Trump ya había dejado claro que tenía intención de sacar del cargo a Wray, al que en 2017 definió como “un hombre de credenciales impecables” pero por el que rápidamente desarrollo antipatía e inquina. Lo hizo durante su mandato conforme Wray resistió presiones del republicano para usar sus poderes contra quienes Trump percibía como enemigos, para minimizar los riesgos del extremismo violento de ultraderecha y de la injerencia rusa o para azuzar sus acusaciones falsas de fraude electoral en 2020.
La animadversión de Trump hacia Wray se intensificó una vez que dejó de ser presidente. Le insultó por el registro que el FBI realizó en Mar-a-Lago para buscar los documentos clasificados que el republicano se llevó de forma ilegítima de la Casa Blanca y le atacó por colaborar con el Departamento de Justicia de forma supuestamente espuria y politizada para investigarle e imputarle. También atacó a Wray por unas declaraciones que este hizo en el Congreso donde pareció poner en duda que una bala hubiera herido en la oreja a Trump en el primer intento de asesinato que sufrió en la reciente campaña electoral.
Este miércoles, tras conocerse la decisión de Wray, Trump ha colgado en Truth Social un mensaje diciendo que la dimisión representa “un gran día para EEUU” porque, ha dicho, “acabará con el uso como un arma política de lo que se conoce ya como el Departamento de Injusticia”.
En el mensaje ha reiterado sus acusaciones falsas de que el registro en Mar-a-Lago fue ilegal y sus denuncias sin pruebas de que se usó la agencia para perseguirle políticamente,. También ha dicho que “han usado sus vastos poderes para amenazar y destruir a muchos estadounidenses inocentes” y ha prometido que Patel “ayudará a asegurar que la ley, el orden y la justicia vuelven, y pronto, a nuestro país”.
“Evitar más controversias”
Wray, según el mensaje a los agentes y funcionarios al que han tenido acceso varios medios locales, ha explicado que ha decidido dimitir “para evitar arrastrar a la agencia a más controversias”. También ha señalado a las guerras partidistas que han minado entre una parte de la población la credibilidad de la agencia y la han vuelto diana de ataques políticos “Desafortunadamente, demasiado a menudo en el mundo de hoy, los parámetros de la gente sobre si algo es justo y objetivo -sea una decisión del Supremo, un veredicto en un caso destacado, la investigación que pusimos en marcha o la que no pusimos-, es si les gusta el resultado, si su lado ganó o perdió, pero así no es como funcionan la independencia y la objetividad”, ha dicho.
Desde Public Citizen, un laboratorio de ideas progresista, le han pedido que reconsidere su decisión, alertando sobre el riesgo que representa la llegada de Patel al cargo. “No solo no está cualificado, es un peligro para EEUU. Ya ha anunciado su intención de usar el FBI como un arma contra quienes Trump percibe como enemigos”, ha dicho en un comunicado el copresidente del grupo, Robert Weissman. “Si Trump le despide que así sea, pero Wray no debería colaborar con el esfuerzo para convertir el FBI en un arma abandonando de antemano”.