El banano se pudre en el trópico de Cochabamba, en el centro de Bolivia, debido a los bloqueos de las carreteras de los sectores afines al expresidente Evo Morales, en medio de su disputa con el actual jefe de Estado, Luis Arce. La fruta no puede llegar a los mercados de Uruguay y Chile. «Estamos perdiendo dólares y estamos botando cualquier cantidad de productos», se quejó Tito González, un productor de esa zona agrícola. La descomposición no solo afecta por estas horas al banano, sino al Movimiento al Socialismo (MAS), el partido en el poder, debido a que la disputa entre Morales y Arce ha llegado a una situación insólita y sin vuelta atrás. El ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, acusó al hombre que mantuvo las riendas de ese país entre 2006 y 2019, cuando fue depuesto por un golpe de Estado, de «intento de asesinato» por haber disparado desde su vehículo contra los policías cuando atravesaba el Chapare, la zona cocalera de Cochabamba. Lo que el líder cocalero llamó un atentado con 18 disparos fue, según Del Castillo, puro «teatro», una «simulación» en la que «nadie cree» y que busca elevar el enfrentamiento entre las dos facciones del MAS.
Los términos del debate por la sucesión presidencial se han radicalizado tanto que a algunos observadores les cuesta reconocer que hasta hace no pocos años el MAS era una fuerza con contradicciones internas pero sólida en su objetivo de mantenerse en el Palacio Quemado. Morales, quien aspiraba a suceder naturalmente a Arce y se encontró con la reticencia del actual mandatario a concederle ese lugar, se ha convertido en el enemigo público del Gobierno. El Evo, hasta no hace mucho intocable, le dedica a su exministro de Economía los peores insultos y descalificaciones.
El domingo, cuando Morales denunció que quisieron matarlo, la crisis interna del MAS no hizo más que agravarse. «Señor Morales, ¿por qué edita sus videos y no muestra cómo dispararon a la Policía Boliviana? En vez de editar videos con efectos especiales que nadie cree, mostrando que una persona puede conducir a 170 kilómetros por hora sin llantas —supuestamente porque se las habrían reventado a tiros—, quisiera saber si existe alguien en el mundo capaz de manejar a esa velocidad por impactos de bala», dijo Del Castillo. «¿Por qué no filmaron desde el momento que la policía pidió que frenen el vehículo para revisar lo que tenían adentro?». La fiscalía de la región de Santa Cruz inició de inmediato una investigación. «Siguen el libreto de la CIA», dijo Morales. «Si Arce no dio las órdenes de matarnos, debe destituir y procesar de inmediato a sus ministros de Defensa y de Gobierno, Edmundo Novillo y a Del Castillo». Según el líder cocalero, «hay muchas pruebas de que nos emboscaron, pero dicen que nosotros disparamos. Ninguno de nosotros llevaba ningún tipo de armamento». Los abogados del expresidente, Carlos Romero y Jorge Pérez Valenzuela, ratificaron la intención de querellarse contra el Ejecutivo por «planificar» y «ejecutar» el operativo del pasado domingo.
Historia de una ruptura
Arce asumió la presidencia en noviembre de 2020 después de una arrasadora victoria en las urnas. Hizo la campaña electoral como «delfín» de Morales pero cuando llegó al Palacio Quemado inició un lento e inexorable proceso de distanciamiento que derivó en la ruptura sin contemplaciones desde el momento en que el expresidente hizo público su deseo de volver al poder. La pelea entre ambos se dirimió primero en el ámbito partidario pero pronto pasó a los tribunales. Primero se limitaron las aspiraciones electorales de Morales. Después de que el «evismo» exhibió su gran capacidad de movilización, en los tribunales se exhumó una causa archivada por presunto estupro, trata y tráfico de personas que involucra a una adolescente. La Fiscal Departamental de Tarija, Sandra Gutiérrez, anunció que en las próximas horas presentará nuevas evidencias que comprometerían a Morales, quien desde que estalló el escándalo ha estado lejos de dar respuestas convincentes sobre las viejas denuncias. Morales ha pasado de ser un héroe de los pobres a ser llamado el «violador de menores» por los «arcistas«. «No vamos a tolerar que una persona con denuncias de violencia sexual contra niñas y adolescentes utilice la protesta social para lograr impunidad y privar de justicia a mujeres, adolescentes víctimas de sus apetitos sexuales», advirtió el secretario de Seguridad Ciudadana, Roberto Ríos.
Cortes de carretera
Morales ha movilizado a sus miles de partidarios. Los cortes de carretera en distintos puntos de Bolivia han intentado doblegar al Gobierno. «Usted es un señor de 65 años de edad y no puede seguir toda su vida mintiendo al pueblo boliviano. Nosotros seguiremos realizando los desbloqueos en nuestro país, aprendiendo a personas que estén cometiendo delitos en flagrancia, sentándolos ante los fiscales», dijo el ministro Del Castillo. El Consejo Nacional de Autonomías, los gobernadores y alcaldes de los nueve departamentos manifestaron también su rechazo a las medidas que ha tomado el sector «evista». Los sectores sociales aliados al Gobierno, reunidos en el llamado Pacto de Unidad, fueron más lejos y le pidieron al presidente que decrete el Estado de sitio o, en su defecto declarar el estado de excepción.
La pelea al interior del oficialismo es también una constatación del agotamiento de un modelo político y económico que se basó en la renta del gas. Bolivia ya no cuenta con esos recursos que posibilitaron su «milagro» basado en el crecimiento, la baja inflación y la acumulación de reservas en el Banco Central. En la actualidad, el país enfrenta una escasez de dólares y situaciones de desabastecimiento de combustible.
La oposición saca provecho
La oposición de derecha y centroderecha observa como un espectáculo la guerra interna en el MAS y no descarta escaladas más violentas. «El MAS ha convertido a la política y la gestión pública en un lamentable espectáculo de acusaciones y contra acusaciones, que están causando la más grave crisis económica, política e institucional que hemos vivido en este siglo. A lo que se suman temas de violencia contra menores y el riesgo del narcotráfico. Hay que detener esta irresponsabilidad de Arce y Morales para que no terminen de destruir al país», pidió el expresidente Carlos Mesa. Las elecciones presidenciales de 2025 se presentan en este contexto como una opción inmejorable para los adversarios del Gobierno.