La UE está abierta a los negocios, pero no a cualquier precio. Este fue el mensaje de Maroš Šefčovič, futuro comisario de Comercio y Seguridad Económica, durante su audiencia el lunes en el Parlamento Europeo, en la que prometió una política comercial que logre el equilibrio entre cerrar nuevos acuerdos y proteger Europa de prácticas desleales, en un mundo cada vez más proteccionista.
“Sí, la UE seguirá defendiendo el comercio libre y justo, pero también seremos firmes y contundentes cuando nuestras empresas se vean perjudicadas”, aseguró Šefčovič. Su discurso, precedido por un minuto de silencio por los fallecidos a causa de las inundaciones en España, fue una oda al comercio internacional, pero también una advertencia a China o Estados Unidos de que la Unión está lista para responder a políticas que distorsionen su mercado.
Para la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, esto es una prioridad. La alemana ve las políticas industriales y comerciales como una cuestión de seguridad económica para Europa y, por lo tanto, con una dimensión importante de política exterior. Pero las líneas no están del todo claras.
Esto se vio reflejado en la audiencia, con preguntas con las que, incómodo, Šefčovič refería a los eurodiputados a su colega Kaja Kallas, que será previsiblemente la sustituta de Josep Borrell al frente de la diplomacia europea. También echó balones fuera en cuestiones espinosas, como la petición de suspender el acuerdo de cooperación con Israel, ante la sistemática violación del derecho internacional en Gaza.
Por lo demás, el eslovaco se sintió cómodo en una audiencia mucho más centrada en su rol de comisario de comercio que en su labor como responsable de las relaciones interinstitucionales. Šefčovič se comprometió a impulsar las negociaciones de acuerdos pendientes, con el Mercosur y México por ejemplo, y a abrir nuevos mercados.
China, un socio difícil
El eslovaco aseguró que su política se centrará en tres ámbitos: el impulso de la competitividad de la UE, la defensa frente a prácticas desleales y la profundización de las alianzas con terceros países. “La política comercial e industrial deben estar alineadas”, dijo Šefčovič consciente de que algunos de los retos a los que se enfrenta Europa tienen que abordarse desde dentro, aunque el foco estuvo puesto en la dimensión exterior.
“A la UE no le interesan las guerras comerciales,” aseguró el eslovaco respecto a las tensiones con China, a quien calificó de «socio difícil«. El eslovaco defendió la investigación del Ejecutivo comunitario que ha llevado a la imposición de aranceles a los coches eléctricos importados asegurando que está basada en «hechos y pruebas sólidas». También dijo que Bruselas continúa negociando una salida con Pekín, pero que tienen planes de contingencia listos si China toma más represalias.
Para Šefčovič, la política de la UE de tratar de «reajustar» su relación comercial con China es legítima, ya que algunas prácticas del gigante asiático “amenazan a nuestra industria”. Bruselas, dijo el eslovaco, solo busca que haya “más justicia” e igualdad de condiciones para las empresas europeas.
EEUU, una prioridad
La audiencia se celebró al tiempo que los primeros ciudadanos de Estados Unidos comenzaban a despertarse en una jornada electoral no solo determinante para el país, sino para el resto del globo. Las relaciones comerciales con Washington, esté quién esté al mando de la Casa Blanca, serán una prioridad.
“Independientemente del resultado de las elecciones en EEUU, presentaré una oferta de cooperación,” aseguró Šefčovič, “y al mismo tiempo, estaré dispuesto a defender nuestros intereses si nos enfrentamos a escenarios perturbadores”. Lo cierto es que en la política comercial, poco o nada cambió entre la Administración Trump y la Administración Biden. Algunos de los conflictos provocados por el candidato republicano se han mantenido abiertos con Joe Biden como presidente.
Šefčovič se comprometió a trabajar para resolver esas disputas abiertas, incluido el impacto de la Ley de Reducción de la Inflación, que la UE considera una política “proteccionista”, en la que las empresas europeas quedan excluidas de regímenes interesantes en territorio americano. Más allá de resolver asuntos pendientes, el eslovaco destacó la intención europea de seguir buscando ámbitos en los que Washington y los veintisiete puedan colaborar, a través del Consejo de Comercio y Tecnología.
Calculadora y PowerPoint
Cuestiones como las evaluaciones de impacto de los acuerdos comerciales y la falta de transparencia fueron también centrales durante la audiencia. En particular, en lo referente al Mercosur, una cuestión que llevaron al debate en varias ocasiones los eurodiputados franceses. París lleva décadas frenando el acuerdo, ahora, respaldado por las protestas de los agricultores.
El eslovaco se comprometió a que en cuando concluya la negociación, o esté en la fase final, él mismo irá “calculadora y power point en mano” a explicar paso por paso los números, los beneficios, y el funcionamiento del mismo. Pero admitió “que no estamos todavía ahí” y las negociaciones continúan aún a nivel técnico, no político.
También abordaron los eurodiputados la cuestión de la renovación del acuerdo comercial con Ucrania en el que la Comisión trabaja de cara al año que viene. “Estamos negociando con Ucrania para asegurarnos de que, una vez que tengamos este acuerdo definitivo, también incluirá salvaguardias claras, para garantizar que podemos hacer frente a las perturbaciones en el mercado de productos agrícolas sensibles”, dijo Šefčovič.
A sus 58 años, Maroš Šefčovič es ya el segundo comisario con más experiencia en el ejecutivo comunitario de la historia y ha pasado media vida lidiando con políticas europeas. Arrancó su carrera como comisario en 2009, al final de la primera presidencia de José Manuel Durão Barroso, y continuó después todo el segundo mandato del portugués. La misma confianza le otorgaron posteriormente el luxemburgués Jean-Claude Juncker, y la alemana Úrsula von der Leyen, con la que también volverá a repetir previsiblemente.
A lo largo del día, se examinaron también el luxemburgués Christophe Hansen, titular de Agricultura y Alimentación; el griego Apostolos Tzitzikostas, con la cartera de Transporte Sostenible y Turismo; y el maltés Glenn Micallef, al cargo de Justicia Intergeneracional, Juventud, Cultura y Deporte. Todos, sin mayores problemas para responder a la batería de preguntas de los eurodiputados.
Micallef, que de ser confirmado, con 35 años será el Comisario más joven, se comprometió a garantizar un sitio en la mesa de la Comisión para las generaciones futuras. El maltés puso el foco en la necesidad de reforzar y apoyar el sector de la cultura desde la UE, en particular frente al reto que supone la Inteligencia Artificial. También se comprometió a abordar los problemas de salud mental y física de los jóvenes, empezando por la “la epidemia de inactividad y obesidad” en Europa.
Hansen se enfrentó con soltura al escrutinio de sus excompañeros. En su audiencia, se comprometió a trabajar para lograr una de las grandes demandas del sector: una remuneración justa. Hansen defendió la importancia de la Política Agrícola Común, al tiempo que destacó que “los agricultores preferirían conseguir un precio justo para sus productos que depender de las ayudas públicas”. En un emotivo final, recordó a su hermano, agricultor fallecido el pasado año. También tuvo palabras para los agricultores de Valencia a los que se comprometió a visitar para mostrar su apoyo.
También pinta bien el futuro de Tzitzikostas que recibió una ronda de aplausos entusiasmados, tras una audiencia centrada en los temas de transporte. El griego se comprometió a trabajar para establecer un sistema de billete único de tren en toda la UE. Al mismo tiempo aseguró que trabajará para proteger y preservar el sector del automóvil, aunque no renuncia al objetivo de poner fin a la venta de coches con motor de combustión en 2035.
Suscríbete para seguir leyendo