El uso del catalán, el euskera y el gallego en la Eurocámara seguirá sin ser posible, al menos de momento, después de que la reunión entre el ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, y la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, haya concluido este miércoles sin avances ni plazos concretos.
El pasado mes de septiembre, Albares solicitó por tercera vez a Metsola por carta que considerara permitir el uso de las lenguas co-oficiales en el Parlamento. Por primera vez, la presidenta dio seguimiento a la propuesta. Este miércoles, el ministro de Exteriores se ha desplazado a Bruselas para abordar la cuestión con la maltesa, y tratar de agilizar el proceso.
En declaraciones a la prensa, aseguró que hará todo lo que esté en su mano para que los eurodiputados, “sean del partido que sean”, puedan expresarse en su lengua. Pero, de momento, no parece que haya habido progresos concretos.
Durante el encuentro, Albares destacó el uso habitual de las lenguas co-oficiales en otras instituciones, como la Comisión Europea, el Consejo o el Comité de Regiones, gracias a acuerdos administrativos con España, y la necesidad de acabar con la “excepcionalidad” del Parlamento Europeo. Sin embargo, reconoció que durante su encuentro, no hablaron de plazos.
“Hay un grupo de trabajo que está en marcha y eso es soberanía del Parlamento Europeo pero para nosotros ya está encima de la mesa”, dijo Albares. Ese grupo de trabajo, en el que resientan el eurodiputado del PSC Javi López o el popular Esteban González Pons, evalúa las implicaciones administrativas y el coste económico del uso de estas lenguas.
España se ha comprometido desde que se iniciara el debate a hacerse cargo de los costes adicionales que pueda suponer el uso del catalán, el euskera y el gallego. Además, se encargó un informe a los servicios jurídicos en 2022. Tampoco abordaron Albares y Metsola el contenido de esos informes. De momento, no hay avances.
Una cuestión de identidad
Albares alega que no es un asunto político “en el sentido de política partidista” sino que parte de la necesidad de reconocer “nuestra identidad nacional plurilingüe” y de trasladar el uso cotidiano de estas lenguas por parte de los ciudadanos a las instituciones. El ministro plantea un pacto de Estado al respecto y, así, espera contar con el apoyo del Partido Popular. “Yo no lo veo como una victoria de unos españoles sobre otros”, insiste, sino como una cuestión de normalidad institucional.
“Quiero sumar a todas las familias políticas, y quiero sumar, por supuesto, al Partido Popular Español”, insistió el ministro. Aunque lo cierto es que la aritmética, tras las elecciones al Parlamento Europeo del mes de junio pasado, ha cambiado. En el organismo que tendría en sus manos la decisión última, la suma de socialdemócratas, liberales, verdes e izquierda, de darse, podría ser suficiente. En la familia liberal, la presencia del PNV y al salida de Ciudadanos, sin representación, sería clave.
La reunión llega en todo caso con los presupuestos generales pendientes de aprobación. El uso del catalán en las instituciones y su reconocimiento como lenguas oficiales en toda la UE son parte de los acuerdos que han permitido la colaboración del Partido Socialista, tanto con Esquerra Republicana como con Junts.
Respecto al reconocimiento de las lenguas como oficiales, que implicaría la modificación de un reglamento que requiere unanimidad, Albares insiste en que se trata de un procedimiento distinto pero que avanza en paralelo. “Nosotros vamos a mantener este debate en el seno del Consejo el tiempo que sea necesario, hasta conseguir la unanimidad”, dijo el ministro.
Albares insistió en que España seguirá haciendo lo posible porque el tema esté en la agenda del Consejo de Asuntos Generales, también durante la presidencia polaca, que arranca el próximo mes de enero. Pero también aquí Albares evitó dar plazos concretos.