Elon Musk, el hombre más rico del mundo, mantiene un contacto regular con el presidente ruso, Vladímir Putin, desde finales de 2022, según destapa una nueva investigación de The Wall Street Journal.
Los contactos entre el magnate tecnológico y el líder del Kremlin despiertan importantes recelos dentro de la administración encabezada por el presidente Joe Biden. No solo porque Musk se ha convertido un aliado crucial de Donald Trump y porque Rusia es el gran enemigo de Estados Unidos, sino también porque es uno de los principales contratistas del Gobierno y eso le da acceso a información clasificada.
Funcionarios estadounidenses, rusos y europeos han confirmado al WSJ que en esas conversaciones tocan temas personales y de negocios, pero también geopolíticos, mucho más sensibles. En un momento, Putin pidió al milmillonario que no activase los servicios de internet por satélite de Starlink sobre Taiwán como favor al presidente de China, Xi Jinping, que reclama la soberanía de la isla e incluso ha amagado con una posible invasión militar.
Lazos comerciales con el Gobierno
Musk reniega del Gobierno, pero gran parte de su fortuna nace de los contratos que sus empresas, principalmente SpaceX y Tesla, tienen con la administración pública. En la última década, Washington ha externalizado tareas estratégicas como la carrera espacial de la NASA, en manos de los cohetes reutilizables de Musk, o herramientas tecnológicas vitales para el Departamento de Defensa, como es Starlink.
Esa dependencia pública del hombre más rico del planeta ha hecho que, en ocasiones, Washington quede a merced de sus impulsos. En 2022, Musk ordenó a su compañía no activar los servicios de internet por satélite en Crimea, una decisión con la que frustró un ataque de Ucrania contra la flota naval rusa que ocupa sus aguas territoriales, según destapó la biografía firmada por Walter Isaacson. Musk rechazó reiteradamente las peticiones de Kiev asegurando que no quería ser «cómplice de un importante acto de guerra«.