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A veces, la ficción puede saltar de la pantalla y alterar las vidas de personas, sus ciudades o, incluso la política de un país. Ya pasó con la película ‘The Interview’ un complot ficticio para asesinar al líder norcoreano Kim Jong-Un, que provocó un aumento de las tensiones en la vida real entre Estados Unidos y Corea del Norte. Ahora, nadie hubiera imaginado que la dulce e inocente ‘Emily in París’ generaría un roce diplomático entre París y Roma.
En la próxima temporada, esta serie de Netflix cambia de escenario y se mueve de París, a Roma. Una nueva aventura para la protagonista que parece que no ha gustado nada en la ciudad del amor. Tan poco, que el presidente Emmanuel Macron declaró en una entrevista para Variety que, “‘Emily in Paris’ en Roma no tiene sentido”. Sus declaraciones no dejaron indiferentes en Roma, y el alcalde de la ciudad eterna le ha respondido esta semana: “Querido Emmanuel Macron, no te preocupes, a Emily le va muy bien en Roma. Y el corazón no se puede controlar: dejémosle elegir”.
Parece que para Macron, ‘Emily in París’ se ha convertido en un asunto de Estado. Sabe muy bien que la serie estadounidense, dirigida por Darren Star, indiscutiblemente ha ayudado a mejorar la imagen de París que, en los últimos años, tras meses de huelgas interminables y el aumento de la inseguridad en el país, provocaron que la ciudad perdiera posiciones en el ranking de popularidad. Desde su estreno en 2020, miles de turistas se pasean por la capital francesa en busca de los rincones de Emily Cooper, incluso algunas compañías de viajes se han apresurado a crear el ‘Tour de Emily in Paris’, donde los viajeros recorren los lugares más míticos de la serie, como la oficina de Savoir, el apartamento o la panadería a la que suele ir Emily, o incluso el restaurante de Gabriel.
Miles de mujeres llegan a París recreando el vestuario de la serie y haciéndose sesiones de fotos por sus históricas calles. Ya no importa si por Palais Royal paseaba Colette o Napoleón, ahora por ahí lo hace Emily Cooper, y eso imperativamente hay que inmortalizarlo.
El impacto de ‘Emily in Paris’
Es tal la influencia de la serie, que la familia Macron ha visto una oportunidad en ella para acercarse a los más jóvenes. En la última temporada, Brigitte Macron aparece en una breve escena, en la que Emily se encuentra con ella en un restaurante y le pide hacerse una ‘selfie’, como una fan más de la dama de Francia.
Aunque no hay datos exactos sobre cuántos jóvenes estadounidenses han optado por París como destino, tras el estreno de la serie, sí es cierto que en los últimos años se ha producido un aumento exponencial de los jóvenes internacionales que se establecen en París para aprender francés o trabajar durante un tiempo.
No solo los jóvenes extranjeros, también las marcas locales se han visto beneficiadas de este boom, especialmente diseñadores de moda emergentes que han vestido a la actriz o pequeños locales que aparecen en la serie.
Aun así, no siempre llueve a gusto de todos, y algunos critican a Emily por ofrecer una imagen simplificada y fantasiosa de la capital francesa, como el periódico francés ‘Le Monde’, que la calificó de “ridícula” por su representación poco realista de la ciudad. “La gente en París no va con boina y una baguette bajo el brazo”, se ríe Celeste, estudiante francesa, “y menos con tacones”, sentencia Carolin.
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