Damasco ha sido este jueves la etapa final de la gira de dos días que ha llevado a una delegación española, encabezada por el ministro de Exteriores a Líbano y Siria. José Manuel Albares se reunió durante una hora con el nuevo líder del país tras la expulsión del tirano Bashar al Asad. Se llama Ahmed al Shara y es un exmiliciano de Al Qaeda. Ha abandonado su nombre de guerra y su uniforme de combatiente. Viste traje y conversa al gusto occidental. Y ha dado garantías al ministro Albares de que va a dirigir al país hacia unas nuevas elecciones democráticas, y va a garantizar los derechos de las mujeres y las minorías étnicas y religiosas. Por las calles de Damasco se ve a muchas jóvenes con el pelo suelto y a líderes religiosos cristianos que caminan entre antiguos posters de Bashar al Asad a los que les han arrancado la cara del líder depuesto.
El ministro ha comprobado que, al menos de palabra, el nuevo líder de Siria quiere respetar las líneas rojas que pone España y el resto de la Unión Europea. Por ello, nuestro país apoya el levantamiento gradual de las sanciones con ciertas condiciones.
“He podido plantear todos los temas: derechos de las mujeres, de las minorías, reintegración de todas las milicias armadas, evitar injerencias externas, garantía de la integridad territorial, control de armas y destrucción de los laboratorios de drogas sintéticas [Captagón, un tipo de anfetamina que enriqueció al anterior régimen]”, ha dicho el ministro en rueda de prensa en el Palacio del Pueblo, donde reside el nuevo presidente de facto sirio. “Las respuestas que he recibido me dan garantías de que el camino que se quiere recorrer es el que España plantea. Se me ha trasladado que se desea encaminarse a elecciones lo antes posible”.
Por todo ello, España apoyará en el próximo Consejo Europeo del 27 de enero un plan para levantar las sanciones que se impusieron al país para asfixiar al régimen de al Asad, pero que han arruinado al país. Mientras tanto, España aportará 11 millones de euros extra en ayuda humanitaria. Entre otras cosas, dará tres millones de euros en grano que comprará a Ucrania, para ayudar así también al otro de los países apoyados desde Madrid.
El pasado 8 de diciembre, una coalición de fuerzas de la oposición siria y ex yihadistas del grupo HTS lanzaron una ofensiva de 11 días que acabó con un régimen contra el que llevaban más de 12 años en guerra, apoyado por Rusia e Irán. La procedencia de Al Shara, que fue miembro de Al Qaeda primero y luego de Estado Islámico, y sobre el que pesa una orden de busca y captura de Estados Unidos de 10 millones de euros, provocó reticencias en parte de los Gobiernos extranjeros. Esas reticencias parecen irse despejando poco a poco. Todos parecen creer que el ex miliciano es otro hombre.
El ministro ha recogido, no obstante, testimonios fuera de la órbita del nuevo Gobierno. Se ha reunido con líderes de las minorías religiosas y con grupos de defensa de los derechos de las mujeres. Los representantes religiosos le han pedido que impulse el levantamiento de sanciones, pero que también insista en que la eventual nueva Constitución que prepara el país incluya negro sobre blanco la libertad religiosa.
Izado de la bandera
España ha vuelto a izar este jueves la bandera en la sede de la Embajada en Damasco. Es una ceremonia meramente simbólica, puesto que nuestro país aún no ha nombrado embajador y, por tanto, formalmente no ha reestablecido el orden de relaciones diplomáticas previo al momento en que se arrió la bandera y salió el antiguo embajador, hace doce años.
Se ha nombrado a un enviado especial para Siria, Antonio González-Zavala. La sede de la delegación española en Siria fue clave para la evacuación de unas decenas de ciudadanos españoles durante la incursión de diciembre. Fueron a trabajar “incluso bajo tiroteos” ha dicho el ministro.
Ahora, será clave si alguno de los aproximadamente 20.000 ciudadanos sirios en España quiere regresar. Sin prisa y solo de forma voluntaria. “En materia de refugiados, he anunciado a las nuevas autoridades el apoyo de España a la vuelta de sus refugiados con ciertos requisitos: que lo quieran voluntariamente y en condiciones dignas respetando sus derechos”, ha subrayado Albares.
Tras la reunión con el nuevo mandatario sirio, la delegación española visitó la prisión de Sednaya, donde el anterior régimen perpetró la tortura sistemática y ejecución de disidentes. Ahora la visitan ministros de Exteriores y altos cargos de Naciones Unidas para tender la mano a la nueva administración. Para aprovechar esta ocasión histórica y acompañar a Siria.
Termina así el ministro español una gira de dos días por Líbano y Siria, en uno de los momentos más definitorios para Oriente Próximo. Hay un nuevo gobierno en Líbano y un alto el fuego con Israel que hay que renovar la próxima semana; otro nuevo Ejecutivo en Siria, y un país por reconstruir. También se ha anunciado un alto el fuego entre Hamás e Israel. Tras años de turbulencia, la región puede estar comenzando un momento de reinicio. O volver a caer por el precipicio de la violencia.