Hotel Palmira: cerrado por bombardeo


Ni una guerra civil libanesa frente a su puerta, ni la crisis económica más feroz de la Historia, ni el paso cruel del tiempo lograron cerrar las puertas del Hotel Palmira a lo largo de sus 150 años de existencia. Dos meses de bombardeos israelís sí que lo consiguieron. Ahora, el imponente y decrépito recibidor del hospedaje yace vacío, dominado por la oscuridad. Los plásticos que lo protegen de la entrada de la lluvia, aunque no tanto del frío, no dejan que pase la luz. Los ataques israelís quebraron la cristalera de colores que enmarcaba la privilegiada vista que justifica su pervivencia. Al otro lado del precario plástico, aún se mantienen erguidas las majestuosas ruinas romanas de Baalbek después de más de 2.000 años fascinando a locales y extranjeros.

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