«El norte de Gaza está más bonito que nunca; hacer volar y arrasar todo es hermoso», celebró el ministro de Patrimonio de Israel, Amichai Eliyahu, ya el 2 de noviembre del año pasado. «Una vez que hayamos terminado, entregaremos las tierras de Gaza a los soldados combatientes y a los colonos que vivían en Gush Katif», los asentamientos judíos evacuados en 2005 durante la retirada israelí de Gaza, añadió. Tras más de un año de desplazamientos forzados, masacres y devastación, Human Rights Watch (HRW) señala en su último informe los crímenes contra la humanidad cometidos por Israel en la Franja de Gaza.
«Israel, en efecto, está cometiendo crímenes contra la humanidad y, en algunas áreas de Gaza, limpieza étnica«, afirma Ahmed Benchemsi, director de defensa y comunicaciones de la división de Oriente Próximo y el Norte de África de HRW. «Los crímenes contra la humanidad son una categoría específica de la ley internacional que sólo se pueden demostrar después de una investigación, un análisis jurídico y una investigación minuciosos», dice en rueda de prensa previa a la publicación del informe. A lo largo de 154 páginas, la investigación ‘Desesperanzados, hambrientos y asediados: el desplazamiento forzado de palestinos en Gaza por parte de Israel’ pone de manifiesto las diferentes formas en las que las autoridades hebreas han cometido crímenes de guerra y contra la humanidad a través del desplazamiento forzoso de más del 90% de la población gazatí.
184 órdenes de evacuación
Entre octubre del 2023 y agosto del 2024, el Ejército israelí publicó un total de 184 órdenes de evacuación. Estos escuetos mensajes, con, a menudo, mapas inexactos, han forzado a 1,9 millones de palestinos en Gaza a abandonar sus casas u otros lugares donde se estaban refugiando. Casi todos ellos lo han tenido que hacer múltiples veces. «Como potencia ocupante, Israel tiene el derecho y el deber de ordenar la evacuación de la población ocupada por su seguridad, pero, para que esté justificada, tiene que demostrar que el desplazamiento de la población civil es el último recurso», explica Nadia Hardman, investigadora sobre derechos de refugiados y migrantes de HRW y una de las autoras del informe que recoge los hechos de los primeros 11 meses de guerra.
A lo largo de este brutal año, Israel ha sostenido que el desplazamiento de casi toda la población de Gaza se ha justificado por la seguridad de la población y por razones militares imperativas, ya que afirma que los grupos armados palestinos están combatiendo entre la población civil. «Hemos comprobado que estas afirmaciones son en gran medida falsas«, denuncia Hardman. «Israel a veces trasladó a personas a zonas que eran más seguras que las zonas de las que se les había ordenado que se fueran para lugar bombardear de forma constante las rutas de evacuación y las zonas seguras designadas por el propio Ejército israelí», añade la investigadora. «HRW ha reunido pruebas de que los funcionarios israelíes están cometiendo el crimen de guerra de traslado forzoso, una grave violación de las Convenciones de Ginebra y un crimen según el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional», señala el informe.
«Asedio total»
Más allá de la violencia impuesta por las bombas y la artillería israelí, hay otro tipo de violencia que las autoridades israelíes han logrado perfeccionar en Gaza. «He ordenado el asedio total a Gaza; sin electricidad, sin alimentos, sin gas«, anunció el entonces ministro de Defensa, Yoav Gallant, el 9 de octubre de 2023. «Estamos luchando contra animales humanos y actuamos en consecuencia», dijo, imponiendo una política de bloqueo de la entrada de ayuda humanitaria que dura hasta el día de hoy. El artículo 49 del cuarto Convenio de Ginebra, que regula el desplazamiento de personas protegidas en territorios ocupados durante las hostilidades, establece que la potencia ocupante «debe garantizar que se proporcione alojamiento adecuado para recibir a las personas protegidas y que los traslados se efectúen en condiciones satisfactorias de higiene, salud, seguridad y nutrición», entre otros.
Es de sobras conocido que, en paralelo a los desplazamientos masivos de población, el Ejército israelí ha destrozado todo tipo de infraestructura civil. Los hospitales y las escuelas no sólo se han convertido en refugios improvisados para la población desplazada, sino también en objetivo de los ataques israelíes. «El desplazamiento forzoso no es el único crimen per se, hay muchos elementos que se tienen en cuenta: la destrucción masiva, la situación humanitaria en las zonas ‘humanitarias’ designadas por Israel, el acceso a comida o a agua», subraya Milena Ansari, investigadora asistente de HRW en Israel y Palestina. «Las medidas provisionales jurídicamente vinculantes que la Corte Internacional de Justicia exigió a Israel que impusiera en Gaza no se están imponiendo», añade.
Segunda Guerra Mundial
Además, la potencia ocupante, es decir, Israel, tiene la obligación de «garantizar que las personas evacuadas sean trasladadas de regreso a sus hogares tan pronto como hayan cesado las hostilidades en la zona en cuestión», según el artículo 49. Pero el Ejército israelí está asegurándose que muchas de estas áreas sean inhabitables. «Se ha destruido tanta infraestructura civil que parte de Gaza ha sido declarada inhabitable, en una escala que el mundo no ha visto desde la Segunda Guerra Mundial», apunta Hardman. «Hay tierras vacías donde los palestinos probablemente nunca podrán entrar que son estas zonas de amortiguación de los corredores Netzarim, que divide el norte y el sur, y Filadelfia, en la frontera con Egipto», añade.
«Estas áreas tienen una mayor concentración de destrucción, donde casas individuales, universidades, apartamentos, y todo tipo de edificios han sido arrasados, impiendo el retorno de los palestinos», denuncia Gabi Ivens, responsable de investigación de código abierto de HRW. «[A lo largo de] la Franja de Gaza, tendremos un margen, y no podrán entrar; será una zona de fuego, y no importa quién seas, nunca podrás acercarte a la frontera israelí», dijo a los periodistas Avi Dichter, ministro de Agricultura y Seguridad Alimentaria de Israel, el 19 de octubre de 2023. Las declaraciones públicas de los oficiales israelíes, recogidas en el informe de HRW, muestran cómo estos actos de desplazamiento forzoso se llevaron a cabo intencionalmente, lo que los convierte en crímenes de guerra. «Al ser intencional y formar parte de la política estatal israelí, constituye un crimen contra la humanidad, y las acciones de Israel parecen cumplir también la definición de limpieza étnica«, concluye el informe.