Irán ha dado la bienvenida este miércoles al alto el fuego entre Hizbulá e Israel anunciado este martes por la noche por el primer ministro israelí, Benyamín Netanyahu, y mediado por Estados Unidos y Francia.
El alto el fuego, que tendrá una duración de 60 días iniciales y especifica la retirada paulatina del Ejército israelí del sur de Líbano, supone el fin de dos meses de guerra abierta y bombardeos por parte del Estado hebreo contra su vecino del norte. En este tiempo, sobre todo a causa de los bombardeos israelís -muchos de los cuales han impactado contra barrios del centro y sur de la capital libanesa, Beirut-, han muerto más de 3.000 personas, y 1,2 millones se han visto forzosamente desplazadas.
«La República Islámica de Irán celebra el cese de la masacre israelí en Líbano, y reitera su apoyo incondicional a la resistencia, pueblo y Gobierno libanés. Reiteramos nuestra posición, y pedimos un cese inmediato de las guerras en el Líbano y Gaza», ha dicho este miércoles por la mañana el portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Esmaeil Baqaeí, en un comunicado.
Hizbulá, descabezada
Irán, como centro y precursor del conocido como el Eje de la Resistencia, es el máximo valedor de la milicia libanesa de Hizbulá -el gran objetivo de Israel en su ofensiva contra Líbano- y el grupo palestino de Hamás, que gobierna la Franja de Gaza. Ambas milicias han perdido a casi todos sus altos cargos y líderes a causa de los bombardeos israelís.
En estos ataques, sin embargo, Israel también ha causado la muerte de decenas de miles de civiles y, ha arrasado, también, con casi el total de la infraestructura civil de la Franja de Gaza.
«El belicismo y los crímenes de Israel en Líbano y Gaza, hechos con el apoyo de Estados Unidos y algunos países europeos, han resultado en la muerte de 60.000 personas inocentes, el desplazamiento forzoso de 3.5 millones de personas. En todo este tiempo, sin embargo, hemos podido ver como las resistencias palestinas y libanesas están más determinadas que nunca a defender los derechos de sus pueblos», ha dicho Baqaeí, que ha pedido a la comunidad internacional actúe contra Netanyahu: “Quiero recordar la orden de detención de la Corte Penal Internacional (CPI) contra los líderes del régimen sionista por sus crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y genocidio. El mundo espera la persecución y el castigo de los criminales del régimen ocupante”, ha continuado Baqaeí.
«La amenaza iraní»
En su anuncio, este martes por la noche, del alto el fuego en Líbano, el primer ministro israelí explicó que son tres motivos por los cuales el Estado hebreo, ahora, acepta un cese de las hostilidades en el Líbano -la guerra en Gaza continúa-. Dos de ellos eran «dar un descanso a los solados y aislar a Hamás». El primero de todos los motivos que enumeró Netanyahu, sin embargo, era el «poder centrarse a partir de ahora en la amenaza iraní». Durante el último año, esporádicamente, Irán e Israel han estado lanzándose ataques, contraataques y respuestas estudiadas a las que, por el momento, no se les ve fin.
El último de estos ataques ocurrió el pasado 26 de octubre, cuando Israel bombardeó tres bases militares iranís en territorio persa. Según aseguró más tarde Netanyahu, esas bases albergaban partes del “programa secreto nuclear de Irán”. Teherán, que aún no ha respondido a ese ataque, asegura que habrá “un castigo”.
Así, con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca en enero, se espera que la tensión entre Teherán y Tel Aviv —y en todo Oriente Próximo— no haga más que aumentar. “La orden de detención [de la TPI] no es suficiente. Netanyahu y los demás líderes criminales de su régimen merecen ser condenados a muerte”, aseguró la semana pasada el líder supremo iraní, el ayatolá Alí Jameneí.