Las autoridades de Israel han asegurado que entre los lugares bombardeados durante las últimas horas en Siria figuran instalaciones en las que supuestamente habría armas químicas y proyectiles de largo alcance, tras enviar tropas a territorio sirio tras la caída del régimen de Bashar al Assad ante la ofensiva relámpago de yihadistas y rebeldes.
«El único interés que tenemos es la seguridad de Israel y sus ciudadanos», ha dicho el ministro de Exteriores israelí, Gideon Saar. «Por eso hemos atacado sistemas de armas estratégicas, por ejemplo lo que quedan de armas químicas, misiles y cohetes de largo alcance, para que no caigan en manos de extremistas», ha agregado.
Apenas horas antes, el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, había ordenado al Ejército completar la consolidación del control de la «zona de amortiguación» creada más allá de los ocupados Altos del Golán y la creación de una zona de seguridad libre de armas estratégicas e «infraestructura terrorista» en el sur de Siria.
Así, reclamó al Ejército que actúe para eliminar «armas estratégicas» presentes en Siria, incluidos misiles tierra-aire, sistemas antiaéreos, misiles de crucero y proyectiles tierra-tierra, para evitar que caigan en manos de grupos que puedan ser hostiles a Israel tras la caída del régimen de Al Assad.
Por otra parte, Saar ha reclamado el fin de «los ataques contra los kurdos», a los que ha descrito como «una fuerza de estabilidad en el país», en medio de la ofensiva de rebeldes apoyados por Turquía contra las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), lanzada apenas unas horas después de la caída de Damasco y la huida de Al Assad.
«Es un compromiso de la comunidad internacional con los que lucharon con valentía contra Estado Islámico y derrotaron a Estado Islámico y es también un compromiso con el futuro de Siria, ya que los kurdos son una fuerza de estabilidad en el país», ha manifestado, antes de apuntar que Israel ha discutido este asunto con Estados Unidos y otros países.
La ofensiva en Siria, lanzada el 27 de noviembre desde la provincia de Idlib y encabezada por Hayat Tahrir al Sham (HTS), ha permitido a yihadistas y rebeldes tomar la capital, Damasco, y poner fin al régimen de la familia Al Assad, en el poder desde 1971, ante un repliegue constante de las tropas gubernamentales, respaldadas por Rusia e Irán.