Moldavia decidió su eje geopolítico en las urnas este domingo de una forma muy ajustada. Después de una primera vuelta el 20 de octubre acompañada de un referéndum para cambiar la Constitución para encauzar la posible adhesión en el futuro del país en la Unión Europea, este domingo se celebró la segunda vuelta de las presidenciales. En ella competían los dos candidatos más votados de la primera votación, el aspirante prorruso Alexander Stoianoglo y la actual presidenta europeísta Maia Sandu y fue esta última, por la mínima y prácticamente en el tiempo de descuento que se vio como ganadora de los comicios.
El escrutinio electoral en Moldavia se hizo largo para los equipos de ambos candidatos, pues tuvieron poco margen durante la mayor parte del tiempo. Incluso con un 90% de los votos escrutados, había una diferencia de tan solo 21.000 votos entre ambos. Sandu entonces contaba con un 49,19% y Stoianoglo con un 50,81%. Según el último recuento en el cierre de esta edición, un escrutinio del 93,78%, la actual presidenta del país, del PAS (Partido de la Acción y Solidaridad, formación pro UE de centroderecha) lidera la carrera electoral con un 50,96% de los votos emitidos, mientras que su rival Stoianoglo, del Partido Socialista, cuenta con un 49,04%. Es decir, la diferencia entre ambos es de 27.800 votos aproximadamente en un país de 2,5 millones de habitantes.
En la primera ronda la tónica fue el poco margen por el que el sí se impuso en el referéndum (50,18%) y que la presidenta se impuso entonces con un 41% de los votos en las presidenciales. Sin embargo, algunos de los candidatos independientes o de otros partidos eran prorrusos, por lo que la victoria no estaba asegurada para la actual líder del país en la segunda vuelta.
Boicot y problemas
El pasado 20 de octubre quedó marcado por la compra de votos por parte de oligarcas prorrusos,tal y como denunció la presidenta Maia Sandu que habló de 300.000 votos comprados. El oligarca prorruso Ilan Shor, organizador de protestas contra el gobierno y buscado por la justicia moldava, incluso aseguró públicamente que pagaría a aquellos que votaran a favor del “no” en el referéndum a favor de la adhesión a la UE. En esta ocasión se luchó activamente desde el ejecutivo moldavo para evitar otro incidente similar de compra de votos. La Comisión Electoral Central de Moldavia denunció este domingo al final de la jornada electoral que recibieron múltiples ciberataques del estilo Ddos y similares contra páginas webs de este mismo organismo público que buscaban influir en el proceso electoral.
En esta ocasión ha habido algunos incidentes en los colegios electorales para la diáspora moldava. En numerosos puntos en países como Alemania, Inglaterra, Rumanía, Francia y España, entre otros se produjeron falsas amenazas de bomba que incomodaron a la diáspora, de las que Chisinau acusó a Moscú de estar detrás. A pesar de este inconveniente cerca de 250.000 moldavos en diferentes países votaron, un récord para la participación en unas elecciones de este país. La diáspora fue clave en la victoria de la candidata del PAS Sandu, pues inclinó la balanza en su favor al final del escrutinio cuando un porcentaje mínimo separaba a ambos candidatos.