La Fiscalía del departamento boliviano de Tarija presentó el lunes una imputación formal contra Evo Morales por presunto abuso a una menor de edad de 15 años cuando era presidente, ocho años atrás. La fiscal Sandra Gutiérrez reactivó la orden una orden de detención contra el hombre que gobernó ese país entre 2006 y 2019.
El líder cocalero es investigado desde septiembre por el delito de trata agravada de personas. Sus abogados evitaron que sea interrogado por el Ministerio Público. Para Morales, la imputación es parte de la disputa política que tiene con el actual jefe de Estado, Luis Arce, a quien sigue llamando informalmente «Lucho». Esa supuesta familiaridad es una máscara de una guerra sin tregua entre ambos por el control del Movimiento al Socialismo (MAS), de cara a los próximos comicios generales. La disputa tiene impacto en la economía y ensombrece las posibilidades del MAS de retener el poder en 2025.
El «evismo» ha movilizado a sus bases y cortado carreteras. Esas protestas no han frenado la acción de la fiscal Gutiérrez, quien también imputó a Idelsa Pozo Saavedra, madre de la supuesta víctima. Existen «suficientes indicios de la probabilidad de autoría» de ambos. Recordó a su vez que existía una «orden de aprehensión para estas dos personas» que fue en su momento incumplida.
Desde que Gutiérrez tomó cartas en el asunto más espinoso de la política boliviana, Morales se atrincheró en el Chapare, en la región de Cochabamba. La fiscal citó informes de la Policía Nacional y de Inteligencia que dan cuenta que la imposibilidad de ubicarlo a estas alturas. Dijo también que se ha solicitado una alerta migratoria ante la posibilidad de que el expresidente quiera abandonar el país.
Por lo pronto, Gutiérrez aseguró que en los próximos días se establecerá la fecha de la citación de Morales. Reconoció que no se trata de «un caso cualquiera». Por el contrario, es «bastante» complejo, lo que obligó a manejarlo con «mucha cautela, porque no sólo estaban de por medio una menor que al momento en que empezó esta investigación».
Morales sostiene que Arce, su exministro de Economía y el dirigente que eligió para representarlo en las elecciones de 2020, cuando se encontraba en el exilio, se ha confabulado para perseguirlo y evitar que compita en las elecciones venideras. «Es un plan negro para eliminarme política y físicamente para sacarme de la carrera electoral».
