Después de 25 años de negociaciones, los representantes políticos de la UE y el Mercosur lograron cerrar el pasado 6 diciembre, en Montevideo, un acuerdo que crea la zona de libre comercio más grande del mundo, con acceso a un mercado de más de 750 millones de consumidores a ambos lados del Atlántico. Los textos del acuerdo firmado por los presidentes de Uruguay, Argentina, Brasil y Paraguay (Bolivia se ha incorporado recientemente al Mercosur, pero no está incluida en el acuerdo) y por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, han sido publicados este miércoles. El documento final incorpora algunas modificaciones respecto al preliminar de 2019, que, sobre todo, buscan su adecuación al Acuerdo de París, contra el cambio climático.
El ‘ser o no ser’ del acuerdo pende ahora de los procesos de ratificación que se han de abrir en la Unión Europea y en cada uno de los países concernidos (los 27 de la UE y los 4 de Latinoamérica). En Europa, Francia y Polonia ya trabajan para lograr una minoría de bloqueo que permita arruinar un acuerdo comercial que el país galo rechaza de forma radical con argumentos que, sobre todo, atienden a las quejas de agricultores y ganaderos.
La aplicación del acuerdo suprimirá los aranceles de más del 91% de las mercancías que la UE exporta al Mercosur y lo hará de forma progresiva, a lo largo de periodos de hasta 15 años. Se trata de elevados aranceles que, por ejemplo, llegan al 35% en el caso de automóviles, cuero o prendas de vestir, o al 27%, para el vino. La Comisión Europea ha estimado que la supresión de aranceles permitirá a las empresas exportadoras de Europa un ahorro de 4.000 millones de euros. Es una cifra relevante, si se tiene en cuenta que las empresas de la UE exportan a los cuatro países fundadores del Mercosur bienes y servicios por un total de 84.000 millones.
Sectores que aplauden …
Con todo, el entusiasmo con que la Comisión Europea -y el Gobierno español, en particular- han saludado la firma del acuerdo no es unánime entre los sectores productivos. En general, la industria y los servicios europeos aplauden ante la expectativa de un mayor negocio allí; mientras, el campo se dispone a tomar las calles contra un acuerdo que traerá más productos agrarios y ganaderos a Europa.
Así, la industria de maquinaria, la de automóviles, el sector textil y el de calzado, el químico, los productos farmacéuticos, los eléctricos y alimentos como el chocolate, el aceite de oliva, el queso, el vino o las bebidas espirituosas se frotan las manos en España y en Europa ante las posibilidades de exportar, sin los elevados aranceles actuales, a un mercado de 273 millones de personas.
También aplauden los servicios financieros, las telecomunicaciones, el transporte marítimo o los servicios postales y de mensajería. Todos estos son algunos de los sectores identificados como claros ganadores por la Comisión Europea. Las conclusiones son coincidentes con las que arroja para España el informe ‘El impacto económico del acuerdo UE-Mercosur’, publicado por la Secretaría de Comercio en 2021, en el que se analiza un total de 41 sectores productivos. “Para España, supone afianzar su relevante papel en la región del Mercosur. Y es también una oportunidad de crecimiento y de generación de empleo, basado en sectores más avanzados tecnológicamente y más limpios”, concluye el informe, dirigido por la profesora María C. Latorre.
A diferencia del texto preliminar que se acordó en 2019, el adoptado ahora en 2024 contiene nuevas disposiciones sobre contratación pública, que beneficiarán a las empresas concesionarias. Por primera vez, el Mercosur abrirá sus contratos públicos a empresas extranjeras europeas que competirán en pie de igualdad con las firmas locales y, por el momento, no se abrirá a otros países.
…y sectores que protestan
Nada que ver con cómo ha sido recibida la firma del acuerdo en el sector primario, que ya ha anunciado movilizaciones en toda Europa y, en particular, también en España, donde este lunes está convocada una protesta ante el Ministerio de Agricultura. El sector agrario se siente como «el gran perjudicado» de un convenio de libre comercio en el que, a su juicio, se les ha utilizado como «moneda de cambio», sin contar con sus intereses, según denunció el presidente de Asaja, Pedro Barato, el mismo día en que se firmó el acuerdo en Montevideo.
En productos de agricultura y ganadería los cuatro países del Mercosur presentan una clara ventaja competitiva respecto a los de la UE. En concreto, se señala a los sectores de carne de vacuno, de ovino y de aves de corral como algunos de los más vulnerables en Europa, así como los del azúcar y el arroz. Los países del Mercosur también presentan ventaja competitiva respecto a Europa en minerales, pieles y madera, según un análisis del Banco de España.
Límites a la importación: «Un filete de ternera por europeo al año»
Para atender las dificultades que el libre mercado con el Mercosur podrá causar a alguno de estos sectores más sensibles, el acuerdo limita las importaciones que podrán llegar a Europa de la carne de vacuno, productos lácteos, el etanol, la carne de cerdo, la carne de ave de corral, la miel, el azúcar o el arroz.
En el caso de la carne de vacuno (considerado el sector más sensible) el acuerdo no elimina de forma completa los aranceles en las importaciones procedentes del Mercosur. Solo incluye la entrada gradual en Europa de hasta 99.000 toneladas al año de carne con un arancel del 7,5%. “Esta limitación es el equivalente a un filete por ciudadano europeo al año”, ha afirmado el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, para aludir a “el impacto potencial que podrían tener las importaciones en este sector y la protección que tendrá hacia adelante”.
La cuestión de las cláusulas espejo
Pero, los agricultores y ganaderos temen, sobre todo, la importación al mercado europeo de alimentos que no cumplan con normas, como el uso de productos fitosanitarios o la legislación laboral, que sí se imponen a productores y fabricantes de la región.
Desde el Ministerio de Agricultura, se sostiene; sin embargo, que el nuevo acuerdo incorpora ‘cláusulas espejo’, de modo que las estrictas normas europeas para proteger la sanidad vegetal y animal y la inocuidad alimentaria se aplicarán de manera equivalente a todas las importaciones de terceros países; también se han incorporado compromisos en materia medioambiental y laboral. Así, por ejemplo, los productos importados del Mercosur tendrán que cumplir las limitaciones que rigen en la UE para limitar los residuos de pesticidas o la comercialización de carne tratada con hormonas de crecimiento, explican en Agricultura.
Satisfacción en el sector del vino
El acuerdo también incorpora la protección de las llamadas ‘indicaciones geográficas’ de alimentos y bebidas, entre las que se han incluido 59 denominaciones de origen españolas (Queso Manchego, Jabugo, Baena, Ribera del Duero, Cariñena o Brandy de Jerez, entre otras).
El Comité Europeo de Empresas Vitivinícolas (CEEV), en el que se integra la Federación Española del Vino, ha expresado su apoyo al acuerdo de libre comercio. «Después de 25 años de negociaciones, ha llegado el momento de finalizar y ratificar rápidamente este acuerdo. Las disposiciones iniciales sobre el acceso al mercado del vino y la protección de las indicaciones geográficas ya eran prometedoras, pero las últimas revisiones que abordan los problemas medioambientales aportan beneficios adicionales a ambas partes. En estos tiempos difíciles, el acuerdo representa una oportunidad vital para las empresas vinícolas europeas de acceder a nuevos mercados y atraer a más consumidores de vino», ha señalado al respecto Mauricio González-Gordon, presidente del CEVV.
España y Alemania, grandes beneficiados
España despunta entre los países que pueden salir más beneficiados dentro de la UE con la implementación del nuevo acuerdo comercial. No solo por sus amplias relaciones comerciales con los países del Mercosur, sino también por factores culturales, como es el del idioma. Portugal, Bélgica e Italia también están en cabeza de los países de la UE donde el comercio con el Mercosur es más relevante, según un informe del Banco de España. No obstante, también se cita a Alemania como gran beneficiario del acuerdo, ya que favorecerá la exportación de su industria automovilística, química y farmacéutica.
Con todo, en general, existe coincidencia en señalar que “son los países del Mercosur los que tendrán un mayor impulso”, se apunta en el informe sobre ‘El impacto económico del acuerdo UE-Mercosur’, de la Secretaría de Comercio, de España.
La hora de la geopolítica
En todo caso, el análisis sobre los efectos del acuerdo van mucho más allá de lo económico. Por encima de todo, “quien gana es Iberoamérica”, ensalza Nuria Vilanova, presidenta de CEAPI, un consejo empresarial formado por 320 presidentes de las mayores empresas iberoamericanas de ambos lados del Atlántico. “En un mundo que está en guerra de poder y de reorganización de quién lo ha de liderar, que gane Iberoamérica es lo importante, y eso le da valor a España como puente y trampolín entre ambas realidades”, añade la también fundadora de la consultora Atrevia.
“Ni en España, ni en Europa debemos dejarnos arrastrar por los bloques del Oeste global, o del Sur global. Debemos fijarnos en las alianzas que nos interesan y por eso tiene sentido el acuerdo con el Mercosur en este momento geoestratégico”, añade Villanova. Desde su punto de vista, “el poder, a largo plazo, tiene que ver con demografía, minerales críticos, agua, energía y capacidad de producir alimentos. Son factores que aporta este acuerdo de libre comercio y que permiten defender los intereses estratégicos. España no podía perder esta oportunidad”.
“El acuerdo no solo brinda beneficios económicos, sino que tiene un papel geoestratégico importante en una región en la que la influencia europea se ha venido debilitando, al tiempo que aumentaba la de China”, señala el informe de la Secretaria de Comercio. “Frente al reciente avance de China, la UE será el primer gran socio comercial en formalizar un acuerdo con el Mercosur, que ni EEUU ni China tienen, otorgando un acceso preferencial a los países de la UE en una zona muy protegida en la actualidad”, se añade, para resaltar su importancia geoestratégica.
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