Después de solo tres meses en el poder, el Gobierno francés del primer ministro, Michel Barnier, está a punto de caer en una moción de censura presentada por la izquierda y apoyada por la ultraderecha. Según la líder de Reagrupación Nacional, Marine Le Pen, tenía que producirse un milagro para que el Gobierno de Macron se salvase, y ese milagro no está llegando conb el debate parlamentario ya en marcha. Salvo sorpresa, la Asamblea Nacional tiene previsto aprobar la moción de censura que destituirá a Barnier y pone aún más contra las cuerdas al presidente de la república, Emmanuel Macron.
“Asistimos al fin de un gobierno efímero”, afirmó la presidenta de Agrupamiento Nacional, e insistió que “es la hora de la verdad”. “Pase lo que pase, la Agrupación Nacional estará lista para abrir el país al camino de recuperación que le espera”, afirmó.
Para la líder de la extrema derecha, “la peor política sería no censurar el presupuesto”. Los presupuestos sociales de 2025 han llevado al gobierno de Barnier ante dos mociones de censura, una de ellas insuperable. Este ajuste presupuestario basados en importantes recortes y la subida de impuestos fueron tildados por gran parte de la Asamblea Nacional de “impopulares”, y durante semanas tanto la izquierda como la extrema derecha amenazaron con censurar al gobierno si aplicaba el artículo 49.3. Un recurso constitucional que permite al gobierno aprobar leyes y presupuestos sin necesidad de votación parlamentaria. “Este gobierno solo ofreció una alternativa: impuestos, impuestos y más impuestos”, criticó Le Pen durante el debate parlamentario de este miércoles.
Tras semanas de reuniones y debates, el pasado lunes, Michel Barnier optaba por aplicar este decreto. Un par de horas después, la izquierda presentaba su moción de censura y la sorpresa llegaba cuando Marine Le Pen anunciaba que, no solo votaría la moción de la izquierda, superando los 288 votos necesarios para censurar al gobierno, sino que también presentaría la suya.
Durante el debate previo a la votación de la moción de censura, distintos diputados insistían en que esta situación de caos había sido provocada por el propio presidente, invitándole a dimitir. Emmanuel Macron lo ha repetido en varias ocasiones, la última el pasado martes, cuando desde Arabia Saudí sentenció que “no iba a dimitir”.