Un 55% de los británicos están a favor de reestablecer relaciones más cercanas con la Unión Europea (UE), frente a solo un 10 % que prefiere una relación más distante, según un estudio publicado este jueves por el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR). La mayoría de los encuestados, incluidos aquellos que votaron por el Brexit, apoyan a día de hoy la idea de la libre circulación a cambio de una relación económica más sólida con la UE. Estos resultados muestran un cambio de rumbo en la opinión pública después del referéndum de 2016 y la salida efectiva de Reino Unido de la UE que tomó efecto en enero de 2020. La encuesta, llevada a cabo por YouGov y Datapraxis, muestra que muchas de la polarización social que había en el Reino Unido en la época del Brexit han remitido.
El sentimiento es compartido entre los ciudadanos europeos, que estarían dispuestos otorgar al Reino Unido acceso especial al mercado único de la UE a cambio de una cooperación en materia de seguridad más estrecha. La encuesta, en la que han participado más de 9.000 entrevistados de seis países (incluidas Alemania, España, Francia, Italia y Polonia), señalan un deseo de colaboración y una reevaluación de prioridades ante las incertidumbres globales.
«Las divisiones de la era del Brexit se han desvanecido y tanto los ciudadanos europeos como los británicos se han dado cuenta de que, para sentirse más seguros, se necesitan mutuamente«, ha dicho el cofundador y director del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, Mark Leonard. «Ahora falta que los Gobiernos se pongan a la altura de la opinión pública y ofrezcan un relanzamiento ambicioso”, ha añadido.
Más UE, menos Trump
El cambio de contexto geopolítico, desde la invasión rusa de Ucrania hasta el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, han terminado de inclinar la balanza a favor de Europa. A la pregunta de qué relación debería ser prioritaria para el Gobierno británico, los británicos lo tienen claro: prefieren Europa (50 %) en lugar de Estados Unidos (17 %). La preferencia aplica en diversidad de asuntos, desde los aranceles comerciales, hasta las políticas de inmigración y seguridad, con las que los británcos se sienten más afines con la UE.
Si Trump intenta obligar a Ucrania a hacer grandes concesiones a Rusia, el 53 % de los británicos creen que el Gobierno británico no debería sumarse a la postura de EEUU (solo el 13 % opina que sí). Respecto a China, mientras que el 43 % de los británicos cree que Europa debería defender una posición propia, independiente de EEUU aunque provoque tensiones con Washington, y solo el 19 % cree que el Reino Unido debería hacer frente común con EEUU. Lo mismo sucede entre los europeos de los países encuestados, que creen que la UE debería tener un programa propio y no dejarse llevar por Trump, a excepción de Italia, que permanece dividido (29% a favor de supeditarse a las políticas estadounidenses, 29% en contra).
Las áreas en las que británicos y europeos más añoran la colaboración bilateral son aquellas que estaban protegidas bajo el paraguas de la UE pero que se rompieron con el Brexit. Aún así, la encuesta señala que los ciudadanos instan a sus gobiernos trabajaran por volver a estrechar lazos. Las relaciones comerciales son la prioridad, pero no la única preocupación. La cooperación también resulta más deseable para el ciudadano de a pie en la incorporación de instituciones británcas a los programas europeos de investigación a cambio de más cooperación en materia de seguridad.