La nariz de la presidenta Dina Boluarte compromete la estabilidad política de Perú


En 1836, Nikolái Gógol publica un cuento absurdo sobre un burócrata del Estado, Kovaliov, que se despierta una mañana sin su nariz. Ha abandonado el rostro para desarrollar una vida propia al punto de superar al funcionario en su carrera al interior del Estado: se convierte en consejera. ‘La nariz’ es un tesoro de la literatura rusa pero así también podría llamarse la historia que involucra a Dina Boularte, quien el 7 de diciembre pasado cumplió dos años como presidenta provisional de Perú. Apenas un 3% de la población aprueba su mandato y la posibilidad de ser destituida por un Congreso que la tiene como rehén está a la orden del día en Lima. Es precisamente la nariz de Boularte la que pone a fin de año en juego su continuidad en el Palacio Pizarro.

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