Cada día que pasa, hay menos gazatíes en el mundo. Prueba de ello es el último estudio de la agencia oficial de estadísticas palestina. Desde el brutal asalto israelí a la Franja de Gaza iniciado el 7 de octubre del año pasado, la población del asediado enclave se ha reducido en un 6%. Alrededor de 100.000 palestinos han abandonado el enclave mientras que se presume que más de 55.000 han perdido la vida, de acuerdo a un comunicado de la Oficina Central Palestina de Estadísticas (PCBS, por sus siglas en inglés) publicado el martes. Siguiendo la misma trágica tendencia, este jueves al menos 12 personas han muerto en un bombardeo israelí contra la supuesta “zona humanitaria” de al Mawasi, en el sur del enclave.
Durante el segundo día del año, al menos 52 personas han perdido la vida como consecuencia de las acciones israelíes. La brutalidad de los ataques aéreos es el principal culpable de los fallecimientos, pero las horribles condiciones de vida, agravadas por las temperaturas extremas del invierno, suman más muertos. Un séptimo bebé ha muerto de frío en Gaza, elevando a ocho el número total de víctimas por hipotermia, mientras los desplazados se recuperan de días de fuertes lluvias que han inundado refugios improvisados. El miércoles, como inicio del 2025, los israelíes mataron a al menos 26 palestinos.
Por ahora, la cifra oficial de muertos se sitúa alrededor de los 45.500. En concreto, son 45.581, aunque aumentan a cada segundo. Más de la mitad de las víctimas mortales contabilizadas por el ministerio de Salud de Gaza son mujeres y niños. También las cifras del ministerio recogidas por la oficina incluyen a las 11.000 personas desaparecidas. Muchas de ellas siguen bajo los escombros, ante la falta de recursos o la peligrosidad impiden recuperar sus cadáveres. Otras han sido detenidas por las fuerzas israelíes, dejándolas en paradero desconocido sin saber si siguen con vida o no.
160.000 gazatíes menos
Como resultado, la población de Gaza ha disminuido hasta perder a alrededor de 160.000 de sus ciudadanos. Antes de la guerra, el enclave palestino contaba con 2,1 millones de habitantes, y más de un millón, o el 47% de la población total restante, eran niños menores de 18 años, según la PCBS. Israel ha “desatado una brutal agresión contra Gaza, atacando todo tipo de vida allí: seres humanos, edificios e infraestructuras vitales… familias enteras fueron borradas del registro civil; hay pérdidas humanas y materiales catastróficas”, denuncia la oficina en el comunicado. Por su parte, el ministerio de Asuntos Exteriores de Israel afirma que los datos han sido “fabricados, inflados y manipulados para vilipendiar a Israel”.
Mientras, la tendencia letal avanza impune sobre el terreno. Sólo este jueves múltiples ataques aéreos israelíes han matado a al menos 52 palestinos en toda la Franja de Gaza, incluido el jefe de la policía del enclave. El bombardeo más mortífero ha arrasado con una docena de vidas en un campamento de tiendas de campaña en la “zona humanitaria” de al Mawasi, un área costera cerca de la ciudad sureña de Jan Younis, designada como área segura por las autoridades israelíes. Hay varios niños entre los muertos. Las tiendas de campaña han ardido en un bombardeo que también ha herido a 15 personas.
Brutal azote del invierno
Durante la última semana, el brutal azote del segundo invierno bajo las bombas ha acabado de condenar a una población diezmada. El frío ha matado de hipotermia a diversos bebés, mientras continúan las inundaciones que calan los huesos de pequeños y mayores. Aproximadamente el 22% de la población de Gaza se enfrenta ahora mismo a niveles catastróficos de inseguridad alimentaria aguda, según los criterios de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases. Entre ellos, hay unos 3.500 niños que corren riesgo de morir debido a la desnutrición y la falta de alimentos, según la PCBS.
También hay unas 60.000 mujeres embarazadas que se enfrentan a graves riesgos de salud, por el deterioro del sector sanitario y la falta general de acceso a la atención médica. La práctica totalidad de la población gazatí ha sido desplazada forzosamente debido a los constantes ataques israelíes, que no han dejado un rincón del enclave sin bombardear. Israel ha rechazado las continuas acusaciones de estar perpetrando un genocidio contra el pueblo palestino en Gaza. Pero, a la vez, continúa sellando cruces fronterizos vitales en el enclave, impidiendo la entrada de ayuda que se necesita desesperadamente, incluidos alimentos y medicinas.
La situación es extremadamente crítica en el norte de la Franja. Allí, el Ejército israelí lanzó una brutal ofensiva terrestre en octubre, acompañada de un asedio medieval. Decenas de miles de personas están atrapadas, sucumbiendo a la hambruna y a los incesantes bombardeos israelíes. El Ejército hebreo se ha encargado de arrasar todo tipo de instalación médica que pudiera salvarlas. Además, las constantes agresiones contra periodistas locales provocan que cada vez sea más difícil conocer con exactitud qué es lo que está ocurriendo en estas zonas, ya que el Ejército israelí no sólo impide la entrada de prensa extranjera al enclave, sino que asesina de forma deliberada a los profesionales gazatíes que aún quedan con vida.
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