Durante un tiempo Donald Trump colgó en al menos cinco de sus clubs de golf una portada falsificada de ‘Time‘ supuestamente realizada en 2009 con él como protagonista. Desde este jueves tiene para repartir por las paredes no una sino dos muy reales en las que está declarado «Persona del año«.
Ocho años después de ganar las elecciones frente a Hillary Clinton y de que la publicación lo señalara con esa distinción, el republicano ha vuelto a la primera plana de la revista tras otra victoria electoral, esta vez sobre Kamala Harris. Y si en 2016 ‘Time’ acompañó su imagen con la frase «Presidente de los Estados Divididos de América», para indignación de Trump, esta vez ha dejado la foto sin palabras, algo que ha llevado al presidente electo a declarar que esta segunda le gusta «mucho más».
Esa portada, «un honor» en palabras de Trump, era la imagen que este jueves presidía la escena en la Bolsa de Nueva York, donde el republicano se rodeaba del vicepresidente, de familiares y algunos de los miembros seleccionados para su gabinete para tocar la campana de inicio de sesión en un acto organizado por ‘Time’.
La selección del semanario, que se rige por el criterio del individuo que para bien o para mal ha hecho más para dar forma al mundo y a los titulares en los últimos 12 meses, no fue difícil esta vez, según ha explicado en un artículo Sam Jacobs, el director. «En el umbral de su segunda presidencia todos, de sus más fanáticos seguidores a sus más fervientes críticos, vivimos en la Era de Trump«, asegura.
Perdones por el 6 de enero y deportaciones
El número de la revista incluye una entrevista que se realizó durante más de una hora el 25 de noviembre en la residencia de Trump en Mar-a-Lago en la que el republicano repasa su agenda para su segundo mandato.
En esas declaraciones Trump renueva su intención ya anunciada de perdonar a algunos de los condenados por el asalto al Capitolio y asegura que lo hará «quizá en los primeros nueve minutos». También asegura que sus primeras horas elevará la producción de petróleo y empezará las prometidas deportaciones de inmigrantes.
En terreno migratorio Trump, no descarta volver a implementar la polémica política de separación de familias en la frontera, aunque asegura que no lo está planeando inicialmente. «No creo que tengamos que hacerlo porque vamos a deportar a la familia entera«, afirma en la entrevista, en la que asegura que conseguirá que los países de origen acepten a sus ciudadanos presionándolos con medidas de castigo económico: «no haremos negocios con ellos».
También respecto a la inmigración Trump defiende usar el Ejército para su campaña de deportaciones, aunque la Ley Posse Commitatus prohíbe emplear fuerzas armadas para aplicación de leyes en suelo estadounidense. Su argumento legal, que más que probablemente será retado en los tribunales, es que la ley «no frena al Ejército si se trata de una invasión del país». «Solo haré lo que la ley permita, pero iré al nivel máximo de lo que la ley permite», replica también en una pregunta que le plantea qué hará si los militares se niegan a acatar sus órdenes.
Rusia y Ucrania
Trump, que había prometido acabar la guerra de Rusia en Ucrania incluso antes de jurar el cargo, da señales de entender que esa resolución es más complicada de lo que hizo parecer con su promesas y llega a decir que es un problema menos complejo que el de Oriente Próximo, pero más difícil de resolver.
El presidente electo no confirma si ha mantenido desde la elección alguna conversación directa con Vladímir Putin, vuelve a asegurar que si él hubiera estado en la presidencia el conflicto bélico no se habría producido y sugiere que mantendrá el apoyo a Ucrania para presionar a Rusia a negociar el fin del conflicto. «Quiero un acuerdo y la única manera en que lo vas a conseguir es si no abandonas (a Ucrania)», afirma.
Trump, en cualquier caso, critica a Kiev por haber lanzado misiles estadounidenses a territorio ruso, y con ello, aun sin citarlo directamente, ataca a Joe Biden. «Estoy en vehemente desacuerdo con enviar misiles a cientos de kilómetros dentro de Rusia», afirma. «¿Por qué hacemos eso? Estamos simplemente escalando esta guerra y haciéndola peor».
Respecto a Oriente Próximo, asegura que «se va a resolver» pero no entra en detalles de sus planes, ni confirma si sigue apoyando una solución de dos estados o si permitirá a Israel anexionarse Cisjordania, algo que apoya su embajador designado, Mike Huckabee. «Apoyo cualquier solución que podamos para conseguir la paz», afirma. «Lo que sea necesario para conseguir no solo paz, sino paz duradera«.
Según cuenta ‘Time’, Trump pensó unos segundos antes de contestar la pregunta de si confía en Netanyahu (acabó diciendo «no confío en nadie»). Y cuando al republicano, que presume de no haber empezado nuevas guerras, se le preguntó cuáles son la opciones de que en su segundo mandato se abra una guerra con Irán replicó: «Cualquier cosa puede pasar, es una situación muy volátil«.