El área metropolitana de Londres es conocida como la Greater London Urban Area. Tiene un tamaño aproximado de 1.700 kilómetros cuadrados y una población de cerca de 10 millones de habitantes, lo cual la convierte en una de las zonas urbanas más densamente pobladas de Europa. Gran parte de esta superficie pertenece a la Greater London –el término municipal de Londres–, gobernada por la Greater London Authority (GLA). El resto pertenece a los municipios colindantes, los cuales están administrativamente vinculados a los condados que rodean la capital –entre ellos Essex, Surrey o Kent–. A diferencia de la Greater London, la Greater London Urban Area no tiene unas fronteras definidas, sino que estas pueden variar según varios criterios (económicos, de transporte y urbanísticos, entre otros).
A pesar de que los municipios colindantes contribuyen de forma significativa al crecimiento económico y demográfico de la ciudad, el grueso de la población y de la productividad económica de Londres se concentra en la Greater London. Cerca de 9 millones de personas residen en el término municipal de la capital, el cual representa en términos económicos algo más de un 20% del PIB total del Reino Unido. La renta disponible de los hogares per cápita (gross disposable household income) en la Greater London se sitúa ligeramente por encima de las 32.000 libras anuales (unos 37.300 euros), según datos de la Oficina Nacional de Estadística (ONS, en sus siglas en inglés).
La Greater London está formada por la City de Londres –el distrito financiero– y por otros 32 distritos (boroughs), cada uno de los cuales está gestionado administrativamente por una junta (city council) con competencias en materia de vivienda social, construcción de escuelas, recolección de impuestos locales y gestión de residuos, entre otras atribuciones. La GLA, por su parte, es la autoridad encargada de los asuntos que afectan a la ciudad en su conjunto, como los grandes proyectos urbanísticos, la supervisión de la Policía Metropolitana y de los bomberos y la elaboración del presupuesto anual, que asciende a 20.700 millones de euros para 2025. Al frente de la GLA está el laborista Sadiq Khan, quien sucedió en el cargo al exprimer ministro Boris Johnson en 2016.
Red de transporte público
Una de las principales competencias de Khan como máximo responsable de la GLA es la gestión de Transport for London (TfL), la mastodóntica empresa pública de transporte, con una facturación anual de cerca de 10.000 millones de euros y unos beneficios estimados de más de 100 millones de euros para el próximo año. TfL es la compañía encargada de gestionar las 11 líneas de metro que conectan la capital y su área metropolitana (con más de 400 kilómetros de vías y 270 estaciones), así como una flota de más de 9.000 autobuses, servicios de tren y metro ligero, conexiones fluviales y la red de bicicletas públicas.
Según los datos de la propia TfL, en 2023 se registraron más de 4 millones de trayectos diarios sólo en el metro de Londres, a los que se suman otros 5 millones de trayectos diarios en el servicio de autobús. La empresa pública de transporte también es la encargada de regular el servicio de taxis, de gestionar la red de carriles bici (con más de 360 kilómetros construidos) y de implementar y supervisar la zona de bajas emisiones para los vehículos privados, la cual reportó casi 300 millones de euros en concepto de multas el año pasado.
La correcta gestión de los servicios, el mantenimiento de las prestaciones sociales y la lucha contra la desigualdad son algunos de los principales retos para una gran metrópolis como Londres. Uno de los problemas más urgentes es la crisis de la vivienda y el aumento del sinhogarismo, que ha crecido un 18% este año respecto al año anterior. La adaptación de la ciudad a los desafíos climáticos, así como la amortiguación del impacto de las nuevas tecnologías y de la inteligencia artificial en la economía y en el mercado laboral, son otros de los principales retos que enfrenta la ciudad y su área metropolitana en los próximos años.