A las 2:36 de la madrugada (1:36 en España) sonaron las sirenas en todo Israel. Era la señal que advertía de que el país estaba siendo atacado con misiles. Un ataque presenciado in situ por EL PERIÓDICO DE ESPAÑA y repelido de inmediato por la Cúpula de Hierro, el sistema de protección antimisiles del país hebreo. Aunque el ataque fue neutralizado, se activaron las alertas «en varias zonas del centro de Israel» debido a «la posibilidad de caída de restos después de la intercepción”, según informó Israel Katz, ministro de Defensa del gobierno israelí.
Los misiles procedían de Yemen. Los hutíes, el frente que más está atacando a Israel en las últimas fechas, ya habían avisado un día antes de que atacarían a Israel «y a todos los países que les apoyen». El ataque no provocó víctimas ni daños personales en ninguna de las zonas habitadas de Israel. Sin embargo, dejó daños materiales en una zona próxima a Tel Aviv, donde un colegio fue destrozado en el municipio de Ramat Gan.
Como respuesta, en el transcurso de la noche procedieron los israelíes a contraatacar. El propio Katz informó de que sus fuerzas armadas iniciaron una rápida ofensiva que bombardeó puertos e infraestructuras energéticas utilizadas por los rebeldes hutíes.
Los medios de comunicación hutíes, por su parte, reconocieron que el contraataque israelí alcanzó centrales energéticas, instalaciones de petróleo y un puerto y mataron a nueve personas, además de dejar varios heridos. Israel «efectuó ataques precisos contra objetivos militares hutíes en Yemen, incluyendo puertos e infraestructuras energéticas en Saná que los hutíes han utilizado en formas que contribuyen efectivamente a sus acciones militares», aclaró el ministro, que concluyó avisando a los terroristas de que «el brazo de Israel os alcanzará a todos».