Los insultos a Puerto Rico ponen en peligro los avances de Trump entre el trascendental electorado latino


En un mitin como el de Donald Trump el domingo en el Madison Square Garden poco, si es que algo, se deja al azar. Cuando la campaña del expresidente y candidato republicano recibió el borrador de la intervención que iba a hacer el cómico Tony Hinchcliffe, como se reciben todos los discursos, se decidió quitarle la palabra más ofensiva que se puede lanzar en inglés contra una mujer con la que iba a insultar a Kamala Harris. Pero la campaña dejó mucho material incendiario, incluyendo la denigración del cómico a los latinos y una descripción de Puerto Rico como «isla flotante de mierda».

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