Tras casi seis años sin pisar Marruecos, el presidente francés, Emmanuel Macron ha iniciado este lunes un viaje de Estado al país, en el que promete una reconciliación después de una larga crisis diplomática y sellar su apoyo al plan de Rabat sobre el Sáhara Occidental.
El presidente francés ha sido recibido este lunes, con el disparo de 21 cañonazos, en el palacio real de Rabat por el monarca Mohamed VI. Durante tres días, Macron y un séquito de nueve ministros y una decena de grandes empresarios, buscarán sellar una reconciliación con el país para acabar con la crisis diplomática que arrastraban desde hacía varios años y comenzar de nuevo intercambios comerciales. Francia es el principal inversor en la economía marroquí y uno de los principales socios comerciales, junto a España. Además, Marruecos cuenta con una gran comunidad de franceses residentes en el país, 53.000, mientras que en Francia viven unos 850.000 marroquíes.
Ambos países habían acercado posturas en los últimos meses, después de que Macron enviase una carta a Mohamed VI mostrando su apoyo a la propuesta marroquí para el Sáhara Occidental, considerando que, «el presente y el futuro del Sáhara Occidental se inscriben en el marco de la soberanía marroquí». En la misma carta, Macron mostraba su apoyo al plan de autonomía propuesto por Marruecos en 2007, afirmando que, «para Francia, esto constituye ahora la única base para lograr una solución política justa y duradera negociada de conformidad con las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas».
Una carta que provocó el enfado de su otro gran aliado, Argelia, quien decidió suspender la agenda oficial y retirar a su embajador del país galo. Ahora, Argelia mira con recelo esta visita de Estado de Macron a Marruecos.
Años de distanciamiento
En 2021, la relación entre Marruecos y Francia se enfrió tras la decisión de París de reducir el número de visados a ciudadanos marroquíes, tras la negativa de Rabat a asumir la devolución de migrantes irregulares expulsados por Francia. Ese mismo año, la desconfianza entre ambos países creció tras estallar el ‘caso Pegasus’, sobre las sospechas de que el servicio secreto marroquí habría intervenido el teléfono del presidente francés.
La inestable relación consiguió templarse gracias a las visitas ministeriales y, según medios franceses, especialmente después del almuerzo de Brigitte Macron y las hermanas de Mohamed VI el pasado febrero en París. Un encuentro que ayudó a romper barreras y que ayudó a acercar posturas.
Compromiso
Se espera que en esta visita de tres días, ambos países traten de nuevo el tema del Sáhara Occidental. «Es obviamente importante para nuestros amigos marroquíes que confirmemos nuestro compromiso con esta cuestión esencial para su seguridad nacional y así será», ha asegurado el Palacio del Elíseo, al tiempo que ha insistido en que Francia está «dispuesta a apoyar el desarrollo económico de estas regiones en beneficio de las poblaciones locales y de conformidad con el derecho internacional».
Hace unas semanas, el rey Mohamed VI agradeció públicamente la declaración de Francia sobre el Sáhara calificándola de «dinámica positiva». Para París, esta región posee un enorme potencial en energías renovables, de ahí su interés en acercar posturas con Marruecos, y la importancia de esta visita de Estado de Macron, al que acompañan una decena de grandes empresarios.