El fuego lleva cuatro días calcinando todo cuanto se encuentra a su paso en la ciudad de Los Ángeles. Al menos 10 personas han muerto, más de 10.000 estructucturas han sido destruidas y cerca de 180.000 personas han tenido que abandonar sus casas y buscar refugio lejos de las llamas. El incendio de Palisades, entre Santa Mónica y Malibú, y el incendio de Eaton, en el este cerca de Pasadena, ya se encuentran entre los más destructivos en la historia de Los Ángeles.
Algunos residentes de Los Ángeles ya han podido volver a lo que una vez fueron sus hogares, pero muchos encuentran solo restos calcinados. Es el caso de Fran, una vecina del barrio de Pasadena desde hace 26 años, que explica a Rian Entin, reportero de NewsNation, lo que fue su casa y la de sus vecinos, ahora completamente reducidas a cenizas.
«Esta es mi casa, nos mudamos aquí hace 26 años y pusimos los suelos, las puertas, las ventanas y ahora simplemente…», comenta Fran interrumpida por su propio llanto. «A mis nietos les encantaba. A mis hijos les encantaba. Celebrábamos la Nochebuena y Navidad aquí, todos estaban aquí», recuerda Fran. Al dolor de ver su casa reducida a los cimientos se suma la situación personal de su marido, quien acaba de someterse a su cuarta cirugía por cáncer.
«Puse todo lo que tenía en esto«, asegura. Desde el momento en que tuvieron que evacuar su casa, Fran y su marido han estado alojándose en un hotel. «No tenemos dónde ir, no sabemos qué hacer», lamenta. El caso de Fran no es único. Mientras observa su casa y las que la rodeaban, ahora también destruidas, explica la historia de cada uno de sus vecinos señalando dónde vivían. «Éramos vecinos cercanos, Buzz y Todd. Su madre falleció, y ellos se quedaron con la casa». A apunta a otro solar: «John acaba de perder a su esposa, a quien adoraba, pero seguía cuidando esa casa. Ella era juez del tribunal superior, y Beverly y John… tanto amor. Ella era increíble. Y la casa ya no está«. «Simplemente no puedo creer que todos se hayan ido. Todos se han ido», concluye.