Tras varios aplazamientos, el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, ha presentado este miércoles las prioridades de su presidencia de turno de la Unión Europea (UE), que ejerce este semestre. Y como era previsible, no ha dejado indiferente a nadie. Al contrario, se ha topado con una protesta de eurodiputados de varios bloques políticos las puertas del hemiciclo y la contundente réplica de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, por sus palabras sobre la guerra en Ucrania y la inmigración.
«La Unión Europea necesita cambiar y me gustaría convencerlos de eso», ha afirmado Orbán durante su discurso. A su juicio, el presente es el «período más grave» de la historia del bloque, con la guerra de Ucrania a las puertas, la escalada del conflicto en Oriente Próximo y una crisis migratoria que, ha asegurado, podría hacer que el sistema de libre circulación de Schengen «se desmorone».
El dirigente ultranacionalista ha insistido en que la llegada de inmigrantes a la UE está detrás del aumento de fenómenos como la homofobia, la violencia contra las mujeres o el antisemitismo e instó a comenzar a procesar todas las solicitudes de asilo en centros fuera de la Unión Europea y aumentar las ayudas a los terceros países. El resto de soluciones sobre la mesa, ha añadido, son «una ilusión».
«Desde 2015 hemos visto paquetes, acuerdos e iniciativas en materia de inmigración, todo ello coronado siempre por el fracaso», ha destacado el primer ministro húngaro.
«Paz no es sinónimo de rendición»
En el turno de respuesta, Von der Leyen ha reprochado duramente a Orbán su apoyo y acercamiento al presidente ruso, Vladímir Putin, en plena invasión de Ucrania. «Puede que los europeos tengamos diferentes historias y lenguas, pero no hay ninguna lengua europea en la que la paz sea sinónimo de rendición o en la que soberanía sea sinónimo de ocupación«, ha señalado.
En un aplaudido discurso, la presidenta de la Comisión se ha referido a «quienes atribuyen esta guerra a la sed de libertad de Ucrania, y no a la sed de poder de Putin» y se ha preguntado si quienes en esta guerra culpan al invadido también responsabilizarían a los húngaros de la invasión soviética en 1956 o a los checos y eslovacos por la represión soviética en 1968.
«El pueblo ucraniano lucha por su libertad igual que los héroes que liberaron el centro y este de Europa de la dictadura soviética. Sólo hay un camino para llegar a una paz justa para Ucrania y Europa: debemos seguir empoderando a la resistencia de Ucrania con apoyo político, financiero y militar«, ha apuntado Von der Leyen.
La presidenta de la Comisión ha criticado también las acciones del Gobierno de Orbán en materia de competitividad, donde le ha acusado de arbitrariedad a la hora de otorgar licitaciones públicas, o de migración, donde le ha preguntado cómo su promesa de fronteras más fuertes encaja con que Hungría haya liberado a traficantes condenados antes de que cumplieran su pena de prisión completa. «Esto simplemente es lanzar los problemas hacia el jardín de tu vecino. Todos queremos proteger las fronteras externas, pero sólo lo lograremos si luchamos juntos contra el crimen organizado y somos solidarios entre nosotros», ha zanjado.
«Intifada partidista»
La contrarréplica de Orbán ha elevado los decibelios en la Eurocámara con su acusación a la dirigente alemana de querer organizar una «intifada partidista». A su juicio, el discurso de Von der Leyen «no habría tenido lugar» con ninguno de los anteriores presidentes del Ejecutivo comunitario. «Se supone que la Comisión Europea es la guardiana de los Tratados, un órgano independiente, capaz de apartarse de los debates políticos (…). Se está convirtiendo en un organismo político que ataca a los patriotas europeos», ha abundado.
Sobre la guerra en Ucrania, a la que no se ha referido en su primera intervención, el primer ministro húngaro ha considerado que la «estrategia de la UE» para acabar con el conflicto es equivocada y ha defendido su trabajo para asegurar la «comunicación» entre Rusia y Ucrania. «Si no queremos que Ucrania pierda, tenemos que cambiar de estrategia, porque si no lo hacemos nos hundiremos aún más en la guerra», ha concluido.
Abucheos y ‘Bella Ciao’
Las palabras de Orbán, cuyo Gobierno ha promovido leyes para limitar la libertad de personas homosexuales y transgénero, han provocado los abucheos del bloque progresista del hemiciclo, que han quedado ahogados por los aplausos de su grupo, Patriotas por Europa, integrado, entre otros, por el español Vox o el Reagrupamiento Nacional de Marine Le Pen.
Al final de su discurso, un pequeño bloque de eurodiputados de La Izquierda han cantado el conocido himno antifascista italiano ‘Bella Ciao’ hasta que la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, les ha pedido que pararan advirtiéndoles de que el hemiciclo «no es Eurovisión» y haciendo una breve referencia a la serie española ‘La Casa de Papel’.
Antes de su llegada al hemiciclo, los líderes de los grupos socialista, liberal, verde y de la izquierda se habían manifestado justos a la entrada del hemiciclo con carteles LGTBIQ+ y de protesta contra el uso indebido de los fondos europeos en manos del Gobierno húngaro.
En su turno de palabra, el líder del Partido Popular Europeo, Manfred Weber, ha censurado las visitas de Orbán a Putin y el presidente chino, Xi Jinping, y ha afirmado que la supuesta «misión de paz por Ucrania» puesta en marcha por Orbán solo fue «propaganda para impulsada a los autócratas». «Cómo puede hablar de homofobia y violencia de género cuando en su país deroga las leyes que protegen a las mujeres y la comunidad LGTBI+», ha dicho, por su parte, la presidenta de los socialdemócratas, la española Iratxe García. Y Valérie Hayer, de Renew, ha reprochado a Orbán que «haga llamamientos a la libertad mientras aplica leyes que combaten la libertad de expresión.
Como era de prever, los tres grupos de ultradrecha —Conservadores y Reformistas por Europa, Patriotas por Europa y Europa de las Naciones Soberanas— han aplaudido la intervención del húngaro.