Un partido de fútbol de alto riesgo y una expectación como si se tratase de la final de un mundial. Este jueves, la selección de fútbol de Israel y la de Francia se verán las caras en el Estadio de Francia, bajo un “muy inusual” dispositivo de seguridad que contará con más de 4.000 agentes de policías y gendarmes, para evitar cualquier incidente ante el tenso contexto internacional actual.
Los disturbios que se vivieron en Amsterdam entre los aficionados del Maccabi Tel Aviv y el Ajax hace unos días, no han intimidado a las autoridades francesas que mantienen en pie el encuentro deportivo en París entre ambas selecciones, a pesar de las recomendaciones de las autoridades israelíes a sus aficionados de no acudir al partido de este jueves.
Al dispositivo de seguridad se unirán 1.600 agentes que estarán dentro del estadio, y en el exterior, la unidad de intervención especializada de la policía (RAID), que se encargará de la seguridad y el traslado del equipo israelí. Como ya pasó con los deportistas israelíes durante los Juegos Olímpicos de París este verano, su selección se ha alojado y se ha entrenado en un lugar desconocido por seguridad.
“El Ministro del Interior ha puesto a mi disposición medios de seguridad que nos permitirán ser extremadamente reactivos y evitar cualquier exceso, cualquier alteración del orden público, ya sea con motivo del partido, ya sea en las inmediatas inmediaciones del partido, o en el camino de los espectadores que van al partido”, explicó el prefecto Núñez.
Unas medidas que se suman a las ya instauradas desde hace meses en los espacios judíos en Francia. Tras la explosión del conflicto Israel-Palestina, las autoridades francesas se vieron obligadas a aumentar el número de agentes de seguridad en lugares de culto, como sinagogas o escuelas judías, ante el aumento de los ataques antisemitas en territorio francés.
“No debemos politizar el deporte”
Las críticas no han tardado en surgir. Activistas propalestinos y diputados de La Francia Insumisa piden que se cancele el encuentro por riesgo de “fuertes disturbios”, y especialmente tras las recomendaciones de las autoridades israelíes a sus aficionados de no acudir al estadio. A pesar de eso, el Ministro Delegado de Europa insistió en la celebración del partido, como ejemplo de que el “deporte debe ser un momento de amistad entre las personas, de celebración y de encuentro”.
Unos esfuerzos por no politizar el deporte en vano. Al partido acudirá el presidente Emmanuel Macron junto al primer ministro Michel Barnier, y otros representantes del gobierno y personalidades, como el ex presidente Nicolas Sarkozy, quien precisamente hoy afirmaba ante la polémica que rodea este partido que: “nunca debemos ceder ante quienes quieren establecer un reinado de terror.
Fuentes cercanas al Palacio del Elíseo han matizado para el periódico francés, Le Monde, que la presencia del presidente se trata de “un mensaje de fraternidad y solidaridad después de los intolerables actos antisemitas que siguieron al partido de Amsterdam esta semana”.
Un público reducido
Aunque la policía no “ha solicitado que hubiera un aforo limitado” para este partido, tal y como ha explicado el prefecto, al encuentro acudirá un público reducido. Según la Federación Francesa de Fútbol, se han vendido hasta la fecha “unas 20.000 entradas”, muy lejos de las 80.000 localidades que dispone el Estadio de Francia.
Todo apunta que este ambiente “a medio gas” se produce tras la llamada de las autoridades israelíes a evitar asistir a cualquier evento deportivo y cultural israelí: “El Consejo de Seguridad Nacional recomienda que los israelíes en el extranjero actúen tomando precauciones (…) particularmente durante la próxima semana, para evitar por completo asistir a eventos deportivos y culturales en los que participen israelíes, especialmente en el próximo partido del equipo de Israel en París”, dijo la oficina del Primer Ministro en un comunicado de prensa.
No solo hay tensión en el campo deportivo sino también en el de la diplomacia. En las últimas semanas, la tirantez entre Israel y Francia ha ido en aumento tras la detención de dos gendarmes en Jerusalem hace unos días. Desde entonces, las reuniones entre ministros de asuntos exteriores de ambos países y embajadores no han dejado de sucederse. Este martes, se producía de nuevo un encuentro entre el Quai d’Orsay y el embajador de Israel en París, Joshua Zarka, para acercar posturas y aclarar lo sucedido en los últimos días.