Horas claves en Oriente Próximo. El alto el fuego en la Franja de Gaza parece más cerca que nunca. En Doha, está teniendo lugar «una última ronda de conversaciones«, según ha dicho una fuente informada a AFP bajo condición de anonimato y un portavoz del ministro de Exteriores de Qatar ha afirmado que las mayores diferencias «se han superado» y que podría llegarse a una entente «muy pronto». A su vez, oficiales árabes e israelíes han confirmado al Wall Street Journal que el acuerdo podría llegar hoy mismo. «Puedo confirmar que las conversaciones se están llevando a cabo al más alto nivel aquí en Doha«, ha anunciado esperanzado el portavoz qatarí, Majed al Ansari, en una conferencia de prensa. A su vez, la sociedad israelí se ha tirado a las calles para protestar en contra del pacto, ya que, en su primera fase, sólo incluiría la liberación de una treintena de cautivos del casi centenar que quedan en el enclave palestino.
Las reuniones de este martes en Doha «tienen como objetivo finalizar los detalles restantes del acuerdo» con los jefes de las agencias de inteligencia de Israel, los enviados para Oriente Próximo de las administraciones entrante y saliente de Estados Unidos y el primer ministro de Qatar presentes, según ha afirmado la fuente anónima a AFP. A su vez, los mediadores se reunirán por separado con responsables de Hamás. En la Franja de Gaza, la población palestina aguanta la respiración con una mezcla de optimismo y escepticismo. “Creemos que estamos en una etapa desarrollada, en una etapa final, pero obviamente hasta que no haya un anuncio, no habrá ningún anuncio; por lo tanto, no deberíamos estar demasiado entusiasmados con lo que está sucediendo ahora, pero ciertamente tenemos esperanzas», ha dicho al Ansari.
Juegos políticos
No es la primera vez que las esperanzas de poner fin a la brutal ofensiva militar israelí en el enclave palestino tras más de 15 meses de violencia se ven frustradas. Precisamente, en medio de este panorama de urgencia y posibles acuerdos, han empezado a airear los trapos sucios en el seno del Gobierno israelí. El ministro de Seguridad Nacional, el ultraderechista Itamar Ben Gvir, ha desatado la indignación social y política al confesarse culpable de no haber llegado a un pacto hasta ahora. «El año pasado, usando nuestro poder político, logramos evitar que este acuerdo siguiera adelante, una y otra vez», ha escrito en X. Sus declaraciones contradicen al argumento usado por el primer ministro, Binyamín Netanyahu, que alegaba no haber alcanzado un acuerdo por culpa de Hamás.
Ahora, Ben Gvir lamenta que, con la entrada del partido Nueva Esperanza de Gideon Sa’ar a la coalición, no cuenta con el poder para detener la posibilidad de llegar a un acuerdo de alto el fuego. Por eso, pide en un vídeo a su socio ultraderechista, el actual ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, que se una a él. «Propongo que vayamos juntos a ver al primer ministro y le informemos de que si aprueba el acuerdo, dimitiremos del gobierno«, ha instado a Smotrich, quien también es muy crítico del pacto. Este mismo lunes lo tildó de «rendición» y «catástrofe para la seguridad de Israel». Netanyahu tiene previsto reunirse con ambos líderes radicales en las próximas horas.
Sus declaraciones han desatado la furia de los partidos de la oposición y los familiares de los rehenes. «Está admitiendo abiertamente que frenó un acuerdo con sus propias manos para obtener beneficios políticos«, ha denunciado Gil Dickmann, familiar de Carmel Gat, que murió en cautiverio y cuyo cuerpo fue recuperado en septiembre junto a otros cinco. Aquel evento desató protestas masivas en todo el país y una huelga general contra Netanayhu. «Si no fuera por Ben Gvir, Carmel estaría viva hoy», ha lamentado. «Llevo más de un año diciendo que ‘no llegan a un acuerdo sobre los rehenes por razones políticas’ y todo el mundo me dice que eso no puede ser», ha recordado el líder de la oposición, Yair Lapid, en X.
Manifestaciones paralelas
Este martes las protestas han vuelto a extenderse por Israel. Las familias de los rehenes han bloqueado carreteras en Jerusalén para mostrar su oposición al acuerdo, que sólo incluiría la liberación de alrededor de 30 cautivos de los 98 que hay. En paralelo, una madre cuyo hijo soldado murió en la Franja de Gaza está liderando otra manifestación por las calles de la ciudad santa. Centenares de personas acompañan a Laly Deri a la Knesset, el Parlamento israelí, para protestar contra el proyecto de ley de exención que se presentará este martes en el Comité de Asuntos Exteriores y Defensa de la Knesset. Esta legislación requerirá siete años antes de que el 50% de los hombres ultraortodoxos sean reclutados en el ejército.
Tan solo el día antes, el lunes, el Ejército israelí anunció la muerte de cinco de sus soldados en una explosión en el norte de Gaza. Todos ellos tenían entre 19 y 23 años. Otra decena resultaron heridos. Ya son 407 jóvenes reclutas que han perdido la vida en este conflicto. La exención militar de los ultraortodoxos, protegidos por la presencia de sus partidos políticos en el Gobierno de Netanyahu, provoca la ira de gran parte de la sociedad israelí, resignada a asumir la carga de perder a sus seres queridos por la seguridad nacional a la vez que observan cómo uno de los grupos más demográficamente significativos del país sigue exento de sacrificar a sus hijos.
Plan para la posguerra
Mientras el pueblo israelí protesta por los suyos y las conversaciones se intensifican en Doha, la trágica realidad de los últimos 15 meses no permite a los gazatíes entregarse al optimismo. Sólo desde esta madrugada al menos 24 personas han muerto en todo el enclave palestino como resultado de los constantes ataques israelíes. En el norte de Gaza, el asedio israelí ya ha superado el centenar de días con sus largas noches. El balance temporal de víctimas mortales se sitúa por encima de los 5.000.
Al menos 46.584 palestinos han muerto en la Franja de Gaza a causa de la violencia israelí desde el 7 de octubre de 2023. Unos 109.731 resultaron heridos. El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, se prepara para revelar este martes un plan para la gestión de Gaza después de la guerra, según ha revelado Axios. El funcionario estadounidense espera que su propuesta sirva como modelo para la gobernanza, la seguridad y la reconstrucción del enclave palestino después de una de las guerras más brutales de la Historia reciente.