¿Qué pasó tal día como hoy?


El 2 de julio parece haber pasado a la historia como una fecha con connotaciones negativas: a lo largo de los siglos, sobre todo de la Edad moderna y contemporánea, este día ha albergado muertes y desapariciones de múltiples personajes destacados. 

Esta seguidilla de fallecimientos empezó en 1778, cuando el filósofo Jean-Jacques Rousseau murió enfermo y al borde de la miseria, dos días después de su 66º cumpleaños. Para su desgracia, aunque fue enterrado como hombre célebre en el Panteón de París, los encargados colocaron sus restos al lado de los de Voltaire: el pensador ilustrado que, en vida, fue su gran enemigo.

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En 2 de julio de 1931, falleció Peter Kürten, quien quizás te suene más por el nombre de «vampiro de Düsseldorf». Su muerte en la guillotina, sin embargo, no causó tristeza entre sus contemporáneos, ya que él fue -y continúa siendo- uno de los asesinos más crueles de la historia: pasó más de veinte años perpetrando crímenes, hasta que finalmente fue juzgado, declarado culpable y condenado a pena capital.

No ocurrió lo mismo 6 años más tarde con Amelia Earhart: la desaparición de esta gran figura de la aviación, quien decidió dar la vuelta al mundo en avión junto a Fred Noonan, conmocionó a la población. Así, la Marina de Estados Unidos dio paso a una exhaustiva investigación y concluyó que ambos habrían muerto al caer al océano, aunque nunca se encontraron sus cuerpos. 

Ese mismo siglo, concretamente en 1961, también fallecía el célebre escritor Ernest Hemingway en la localidad de Ketchum (Idaho, Estados Unidos). Algunas teorías basadas en sus propios textos señalan que se habría suicidado, pero décadas más tarde el episodio sigue siendo un misterio. Lo que sí está claro es que su obra -ganadora del Nobel de Literatura en 1954– ha influido enormemente en las generaciones futuras de escritores.


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