El Gobierno del Reino Unido ha dado un paso más en su objetivo de limitar la capacidad de acción de las bandas organizadas que trafican con inmigrantes en Europa. El Ejecutivo laborista ha presentado este jueves un nuevo paquete de medidas que permitirá imponer restricciones preventivas a los miembros de estas bandas incluso antes de su detención, con el objetivo de evitar que continúen con sus actividades delictivas mientras se llevan a cabo las investigaciones policiales y judiciales contra ellos. Entre estas restricciones se incluyen limitaciones en los desplazamientos, la intervención de activos financieros y la prohibición de utilizar cuentas en redes sociales, teléfonos móviles y ordenadores portátiles.
El Gobierno quiere permitir el uso de órdenes preventivas que agilicen el proceso actual de las Órdenes de Prevención de Delitos Graves (SCPO, en sus siglas en inglés), las cuales se imponen a personas relacionadas con casos de terrorismo, esclavitud y ataques con arma blanca, entre otros delitos, cuando hay indicios claros de que pueden cometer delitos. El objetivo de la medida es reducir la complejidad y la duración de este proceso, permitiendo a la Agencia Nacional contra la Delincuencia (NCA, en sus siglas en inglés) y a otros cuerpos policiales solicitar directamente al Tribunal Superior de Justicia la imposición de restricciones inmediatas con carácter preventivo.
Llegadas irregulares
El anuncio llega tan sólo un día después de la publicación de los últimos datos de inmigración irregular, referentes a 2024. Unos datos que no han sido positivos para el Gobierno laborista. El número de llegadas a través del Canal de la Mancha ha superado las 23.000 personas desde la llegada a Downing Street del primer ministro, Keir Starmer, el pasado julio, una cifra un 29% superior a la del mismo periodo del año anterior. En términos absolutos, 2024 se ha saldado con más de 36.000 llegadas irregulares, un 25% más que en el año anterior.
El Ejecutivo asegura que las nuevas medidas, incluidas en un proyecto de ley más amplio que se presentará en el Parlamento británico en las próximas semanas, ayudarán a reducir las llegadas irregulares de inmigrantes, aunque reconoce que se trata de un proceso lento. “Cambiar esta situación llevará tiempo. Por eso hemos fijado un plan serio, que incluye la puesta en marcha del Comando de Seguridad de Fronteras, el incremento del trabajo de los servicios de inteligencia en el Reino Unido y una inversión de 150 millones de libras [180 millones de euros] para incorporar nuevos investigadores especializados”, ha dicho la secretaria de Estado de Inmigración, Seema Malhotra.
Starmer dio un giro a la política migratoria del Reino Unido tras su llegada a Downing Street, poniendo fin al polémico plan de deportaciones a Ruanda impulsado por el anterior Gobierno conservador. Desde entonces ha centrado sus esfuerzos en la lucha contra las bandas organizadas y ha buscado una mayor cooperación con la Unión Europea, con quien pretende cerrar nuevos pactos en materia de seguridad e inteligencia en los próximos meses. Una estrategia que ha sido muy criticada por la oposición, que insiste en la necesidad de incluir un elemento disuasorio para frenar la llegada irregular de inmigrantes.
Críticas al Gobierno
“La idea de que las peligrosas bandas de tráfico de personas serán disuadidas por la amenaza de una especie de prohibición en el uso de los teléfonos móviles es bastante ridícula. Estas medidas no van a cambiar nada”, ha dicho a Sky News el responsable de Interior del Partido Conservador, Chris Philp. “La NCA ha dicho que necesitamos un elemento disuasorio para frenar las llegadas a través del Canal de la Mancha. Nosotros impulsamos el plan de Ruanda, pero el Gobierno laborista lo canceló”, ha añadido.
Algunos miembros del Parlamento han puesto en duda la efectividad de las medidas anunciadas este jueves, ya que las redes de tráfico actúan a escala internacional y las restricciones sólo se aplicarán en territorio británico. El plan también ha recibido las críticas de las organizaciones de defensa de los refugiados, que aseguran que la única forma de evitar las muertes de inmigrantes en su intento de llegar al Reino Unido es la apertura de vías seguras. Los últimos datos de las autoridades francesas apuntan a que 2024 ha sido el año más mortífero en el Canal de la Mancha, con 77 personas fallecidas en el trayecto entre el norte de Francia y la costa de Inglaterra.